Foto de Carla Fernández Andrade
El increíble viaje de la Kon Tiki
En 1947, el biólogo marino, explorador y escritor noruego Thor Heyerdahl se propuso demostrar su teoría de que los primeros habitantes de la Isla de Pascua y de la Polinesia eran indígenas sudamericanos que habían navegado hasta esas tierras mucho antes de que Colón llegara a América.
Esta teoría se basaba en el hecho de que tanto los pueblos originarios de Perú (muy anteriores a los incas), como los primitivos habitantes de Polinesia, adoraban a un dios en común: Kon Tiki, el dios Sol.
La mayoría de los antropólogos creía (y muchos siguen sosteniendo) que eso era imposible, ya que los pueblos originarios de la costa sudamericana del Pacífico sólo tenían unas embarcaciones rudimentarias, que no podían haber cubierto semejantes distancias.
Heyerdahl construyó su embarcación, a la que bautizó Kon Tiki, en Perú, de acuerdo a antiguas ilustraciones de los conquistadores, con los mismos materiales de que disponían los indígenas: troncos de madera balsa, unidos con cáñamo.
El 28 de abril de 1947, Heyerdahl y cinco tripulantes más partieron de El Callao, Perú. A excepción de Erik Hesselberg el resto de la tripulación era inexperta en temas de navegación. Después de 101 días de viaje y casi 7.000 kilómetros de recorrido, sólo impulsados por el viento y las mareas, llegaron a un arrecife en Raroia, Islas Tuamotu, pertenecientes a la Polinesia Francesa. Tal y como Heyerdahl había previsto.
En 1951 Thor Heyerdahl publicó el libro “La expedición de la Kon Tiki”, que se tradujo a 22 idiomas y fue un éxito mundial, en el que narró la expedición.
La balsa original Kon Tiki, usada por Heyerdahl, se encuentra en Oslo, en el Museo Kon Tiki.
Por supuesto, no podía faltar una película basada en este fantástico viaje: fue lanzada en el 2012, dirigida por los noruegos Joachim Ronning y Espen Sandberg. Fue nominada al Oscar a la Mejor Película Extranjera en el 2013, además de otros premios cinematográficos.