Foto de Carla Fernández Andrade
Meteora: míticos monasterios suspendidos del cielo
Si viajas a Atenas, hay varios lugares cercanos que vale la pena visitar, como Santorini, una de las paradisíacas islas del Mar Egeo. Pero hay otro sitio muy especial, y quizás no tan conocido, que con seguridad te asombrará. Se trata de Meteora, un lugar ubicado en la llanura de Tesalia, muy cerca de la ciudad de Kalambaka.
Allí encontramos unas extrañas formaciones naturales: altísimas columnas de roca, de color grisáceo, erosionadas por el tiempo y los elementos. Más extraño aún resulta saber que en la cima de algunas de estas formaciones se construyeron, entre los siglos XIV y XVI, entre veinticuatro y treinta monasterios (la cantidad varía según distintas fuentes).
Si pensamos que, en la época en que fueron construidos, no existían caminos, ni puentes, ni medios de elevación, resulta aún más asombrosa la presencia de estos monasterios en ese lugar tan inhóspito. Sin mencionar que algunas de estas columnas de roca alcanzan los 600 metros de altura.
Según antiguos escritos, estas formaciones eran rocas que habían caído del cielo para que los ascetas pudieran retirarse a ese lugar a rezar y meditar. Y, de hecho, la palabra “meteoro” significa “cuerpo que cae del cielo”.
A los primeros monjes que habitaban en estos monasterios bizantinos se les llamaba “estilistas” (de la palabra griega “stylos”, columna). Para proveer de alimentos a estos “monasterios suspendidos del cielo” (que eso significa la palabra “meteora”) se utilizaban improvisados ascensores: una canasta atada a una cuerda. Y los monjes subían y bajaban por escalas móviles de maderas y cuerdas, o por redes.
En la actualidad hay seis de ellos que siguen habitados por monjes ortodoxos: Megalo Meteoro o Metamorfoseos, Agios Nikolaos (San Nicolás), Moni Varlaam, Agia Barbara (Moni Russanu), Agios Stefanos (San Esteban) y Agia Triada (Santísima Trinidad).
Del resto, muchos fueron destruidos, algunos durante el dominio turco, (especialmente en los siglos XVII y principios del XIX), otros en la guerra civil griega (1941-1950), y también durante la Segunda Guerra Mundial. Otros fueron abandonados por distintos motivos, y están deshabitados.
Desde hace varios años hay escaleras y puentes que forman un circuito de 17 kilómetros y permiten llegar a los monasterios que se pueden visitar. Uno de los más interesantes es el Gran Meteoron o Monasterio de la Transfiguración, donde aún se levanta la iglesia bizantina, decorada con hermosos frescos.
Mientras recorres la ruta que une los antiguos monasterios de Meteora, aprovecha para disfrutar del paisaje, ya que la vista, desde esas alturas, es impresionante.