Excursión a Nazaret, Tiberíades y Galilea desde Jerusalén
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Con una historia y un simbolismo apasionantes, Jerusalén es un destino acariciado por muchos viajeros alrededor del mundo. Creyentes y no creyentes sueñan con conocer la ciudad fundada por el Rey David, y que las tres grandes religiones monoteístas consideran sagrada.
Como imaginarás, la lista de cosas para ver y hacer en un lugar tan especial es larga. Aquí te presentamos las verdaderamente imprescindibles para ayudarte a planear tu itinerario perfecto por la ciudad. ¡Comencemos!
Es un lugar muy especial, cargado de simbolismo pero también bastante polémico, ya que es disputado por musulmanes y judíos. Según la Biblia, este es el lugar donde Dios pidió a Abraham que sacrificara a su hijo Isaac, mientras que, para los musulmanes, es el sitio donde Mahoma ascendió al cielo.
En la gran explanada se levantan tres edificios imponentes:
La iglesia del Santo Sepulcro es uno de los lugares más sagrados para el cristianismo. Se levanta en el sitio exacto donde Jesús fue crucificado, enterrado y donde, según las sagradas escrituras, resucitó al tercer día.
Para muchos cristianos que visitan Jerusalén, el Santo Sepulcro es el punto final de una peregrinación que comienza en El Monte de los Olivos y los lleva a visitar distintos puntos clave en la historia de Jesús.
No importa cuál sea tu credo, la visita a esta iglesia te pondrá los pelos de punta, porque es un lugar cargado de gran peso simbólico e histórico. De hecho, resulta una excelente idea recorrerla junto a un guía experto que pueda contarte todos sus detalles, para no perderte de nada.
La construcción se levanta en una pequeña plaza empedrada rodeada de edificios, ya que, si bien en la antigüedad el sitio de la crucifixión estaba afuera de las murallas, con el tiempo la urbe ha crecido y hoy se encuentra en plena Ciudad Vieja.
El santuario del Santo Sepulcro está gestionado por varias Iglesias cristianas, entre ellas la ortodoxa, la católica y la copta. Cada una de ellas custodia diferentes capillas y rincones.
Es el atractivo más visitado de toda Jerusalén. El muro de las lamentaciones es todo lo que queda del Segundo Templo de Jerusalén, construido en 515 a. C.
Cuando los romanos invadieron la ciudad en el año 70 d. C. dejaron en pie solo este muro, para que sirviera como recordatorio de la victoria de Roma sobre Judea. Sin embargo, los judíos lo consideran un símbolo del lazo indestructible entre Dios y el pueblo judío.
Cuando estés allí, seguramente querrás sumarte a la antigua tradición de dejar un papel entre las piedras del muro con un deseo u oración.
Dos veces por año, antes del Año Nuevo y la Pascua judíos, las autoridades locales se encargan de quitar los miles de papeles con plegarias. Como son objetos sagrados que los preceptos religiosos impiden destruir, los papeles son enterrados El Monte de los Olivos.
Como viajero tendrás dos motivos de peso para visitar este lugar: por un lado, su importancia histórico-religiosa, y, por otro, sus espectaculares vistas.
El Monte de los Olivos es una elevación que se encuentra al norte del Monte Sión, y que brinda una maravillosa panorámica de la Ciudad Antigua, la Ciudad de David y el Valle de Cedrón. Las murallas de la ciudad se aprecian en todo su esplendor desde aquí, al igual que la preciosa cúpula dorada de la Mezquita de la Roca.
Por otra parte, el monte tiene también una importante carga simbólica, ya que en su falda se encuentran los Jardines de Getsemaní, donde Jesús pasó su última noche antes de ser apresado y crucificado.
Desde tiempos muy remotos, El Monte sirvió también como cementerio, y se calcula que hay cerca de 150 mil tumbas en él, algunas de personajes importantes para la historia local.
El ascenso hasta la cima del monte no es complicado y lo podrás hacer fácilmente a pie, aunque también encontrarás taxis en la zona si quieres simplificar aún más la tarea.
Los olivos del jardín de Getsemaní están entre los más viejos del mundo: algunos de ellos tienen más de 900 años de antigüedad.
La Vía Dolorosa es una calle emblemática en Jerusalén, ya que se supone que fue el camino que recorrió Jesús después de haber sido sentenciado a muerte por Poncio Pilatos.
Comienza en la Puerta de los Leones, cerca de la fortaleza Antonia, y llega hasta la iglesia del Santo Sepulcro, de la que ya te hemos hablado anteriormente.
A lo largo del camino puedes ver las 14 Estaciones o momentos que tuvo que atravesar Jesús desde su condena hasta la crucifixión.
Recorrer la Vía Dolorosa es realmente sorprendente y conmovedor, ya que ves con tus propios ojos cada lugar del Viacrucis: las estaciones del Juicio de Pilatos, las que corresponden a las tres caídas, los encuentros con su madre, con Simón de Cirene, Verónica y las mujeres piadosas; y las relacionadas con su muerte y entierro.
La calle se mantiene tal y como era en la época romana, con su suelo de piedra, aunque a ambos lados se levantan hoy pequeñas tiendas de regalos.
Hasta ahora te hemos hablado de sitios con un gran peso desde el punto de vista histórico y religioso, pero Jerusalén no es una ciudad que viva solo en el pasado. La cara moderna de la ciudad es también un gran atractivo para los viajeros y sin duda no puedes dejar de conocerla cuando estés allí.
Para empezar, te recomendamos dar un paseo por Ben Yehuda, una calle peatonal repleta de tiendas, bares y restaurantes. Puedes sentarte en una de las terrazas a disfrutar comida local o una pizza: hay opciones para todos los gustos.
Ubicado a pocos pasos de la puerta de Jaffa, el Mamilla Mall es otro lugar donde conocer y disfrutar el costado moderno de Jerusalén. Es un centro comercial al aire libre con galería de arte, tiendas de lujo y muchas opciones gastronómicas. Por su ubicación, es el lugar ideal para descansar después de haber dado una larga caminata por la Ciudad Vieja.
Hay ocho puertas en la muralla de la Ciudad Vieja, y cada una de ellas tiene su especial encanto. Aquí te presentamos las más destacadas:
La figura del Rey David tiene una gran importancia histórica y religiosa, ya que es clave tanto para el judaísmo como para el cristianismo y el Islam.
Si bien los historiadores aún no han podido comprobar a ciencia cierta cuál fue el lugar de enterramiento del famoso monarca, la tradición indica que sus restos reposan en El Monte Sion, junto a la iglesia de la Dormición. Y debemos adelantarte que las dudas que desvelan a los científicos son de poco interés para peregrinos y curiosos, que visitan de a cientos la sinagoga con la intención de rendirle homenaje al rey de Israel.
Por otra parte, el atractivo de este edificio no termina aquí, porque en el piso superior se ubica el Cenáculo, el lugar donde Jesús compartió con sus discípulos la última cena. Un dos en uno verdaderamente imperdible.
El Monumento Conmemorativo del Holocausto es un complejo creado para mantener viva la memoria de los judíos exterminados durante el nazismo y la Segunda Guerra Mundial.
Está ubicado en medio del Bosque de Jerusalén y su visita resulta imprescindible. El Monumento incluye un museo pero es mucho más que eso. Además de reunir objetos y documentos que ayudan a reconstruir los hechos del Holocausto, el lugar tiene una escuela, exposición de obras de arte, distintos monumentos e incluso una Sala de los Nombres que contiene pequeñas biografías de los millones de víctimas del Holocausto.
El lugar es tan completo que fácilmente podrías pasar un día entero recorriéndolo. Al finalizar la visita se sale a una gran explanada que te dará una fuerte sensación de alivio, después de la opresión que inevitablemente se siente durante el recorrido. Una visita fuerte pero recomendada.
Cuando estés de visita en Tierra Santa, es súper recomendable reservar un tiempo para conocer otras perlas de Israel y Palestina que se encuentran muy cerca de allí. Entre ellas:
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