25 cosas que ver y hacer en Jerusalén

Cuando visitas una ciudad con un legado histórico y cultural tan grande como Jerusalén es fácil caer en la tentación de llenar tu itinerario de imprescindibles y no dejar espacio para nada más. 

Sin embargo, te recomendamos fervientemente reservar algunos momentos para esos pequeños placeres cotidianos que te harán sumergirte en la cultura local de lleno. En esta lista te presentamos un combo con las mejores actividades para hacer en Jerusalén y volver a casa aún con su sabor en la boca. ¡Empecemos!

1. Conocer los más de 400 metros ocultos del muro de los lamentos con una visita subterránea. Es una de las mejores formas de sumergirse en la historia de la ciudad.

2. Subir al famoso monte Gólgota, donde Jesús fue crucificado. Hoy se encuentra dentro de la iglesia del Santo Sepulcro, que guarda las piedras en que se colocó la cruz y donde Jesús fue ungido antes de ser enterrado. Podrás verlas con tus propios ojos e incluso tocarlas si sientes el impulso.

3. Descubrir la Iglesia de Todas las Naciones. Está ubicada en el Monte de los Olivos, y guarda la roca de la agonía, en la que supuestamente Jesús oró antes de su arresto. Es de una arquitectura bellísima. Puedes visitarla junto a un guía experto en este tour por Jerusalén en español, que también incluye una visita al jardín de Getsemaní y el monte Scopus, entre otros.

4. Recorrer la Vía Dolorosa junto a los franciscanos. Los viernes, los monjes realizan una procesión a lo largo de todo el trayecto que hizo Jesús. 

5. Visitar uno de los lugares más sagrados para el cristianismo, el judaísmo y el Islam: el Monte del templo. Los horarios de acceso son reducidos para los viajeros, así que presta atención a esto a la hora de planear tu itinerario.

6. Perderte en el barrio musulmán. Es uno de los lugares más animados de la ciudad. Ya sea para disfrutar del zoco o alejarte de las calles más concurridas y llegar a atisbar escenas de la vida cotidiana local. Imperdible.

7. Llegar hasta la plaza Zion, donde confluyen tres importantes calles comerciales de la ciudad. El ambiente es muy animado, especialmente los jueves después de las cinco de la tarde, cuando suele haber música en vivo y distintos espectáculos culturales.

8. Conocer el punto exacto donde nació Jesús. Se encuentra en la Gruta de la Natividad, en la encantadora ciudad de Belén, y está marcado con una estrella de catorce puntas. Para simplificar el paseo, puedes hacer la visita junto a un guía en un cómodo vehículo climatizado.

9. Descubrir la única puerta cerrada de las ocho que salpican las murallas: la Puerta Dorada. Fue sellada en 1541 por Solimán el Magnífico para impedir el ingreso del Mesías y se abrirá el Día del Juicio Final.

10. Relajarte en el Parque Sajer, el más grande de la ciudad. Tiene espacios para practicar deportes, zonas de juegos para niños y bonitos senderos salpicados de bancos bajo los árboles. Para hacer una pausa en medio del verde sin alejarte de la ciudad.

11. Tener las mejores vistas del Monte de los Olivos desde la azotea del edificio del Cenáculo. Una vez que visites la sala donde sucedió el Milagro de Pentecostés y donde se celebró la Última Cena, dirígete a la azotea para no perderte el espectáculo.

12. Visitar la Tumba del Jardín, que para algunos es el verdadero sepulcro de Jesús. Se encuentra en las afueras de la ciudad, en un costado del monte Moria. Es común encontrar grupos de protestantes, evangélicos o anglicanos realizando allí alguna ceremonia.

13. Observar los documentos bíblicos más antiguos del mundo: los manuscritos Del Mar Muerto. Puedes hacerlo en el Museo de Israel, el lugar perfecto para conocer todo sobre la historia y la cultura judías, tanto antiguas como modernas.

14. Ver el show de luces de la Torre de David. El museo de la Torre es muy interesante, pero lo que no querrás perderte es el show nocturno, en el que se proyecta toda la historia de Jerusalén en imágenes.

15. Recorrer el Valle de las Comunidades en el Monumento Conmemorativo del Holocausto. Es un espacio en el que se conmemoran las más de 5.000 comunidades judías que fueros diezmadas o destruidas durante el nazismo. 

16. Flotar sin esfuerzo en una de las aguas más saladas del mundo. No dejes de hacer la escapada al Mar Muerto para conocer esta maravilla de la naturaleza. También podrás aprovechar para visitar el palacio de Herodes, símbolo de la fortaleza de la fe judía.

17. Caminar por el barrio judío, donde aún se encuentra el antiguo Cardo Romano, la vía pública principal en la época bizantina. Te sentirás transportado en el tiempo.

18. Visitar el mercado más pintoresco de la ciudad: Machane Yehuda. No solo para deleitarte con sus productos, sino para ver el crisol de etnias y culturas de la ciudad.

19. Probar las delicias de la cocina local: hummus, falafel, bourekas, pan de pita… la lista es tan larga como exquisita. Te recomendamos hacerlo en Ben Sira, un barcito típico con la perfecta relación precio-calidad. En 3 Ben Sira.

20. Ver el lugar donde Jesús fue bautizado, en el río Jordán. Incluso puedes tener tu propio bautismo en las aguas sagradas. Si eres cristiano, no dejes pasar esta oportunidad única. Aquí tienes una excursión a Nazaret, Tiberíades y Galilea que incluye la experiencia.

21. Encontrar el alojamiento perfecto para ti. Ya sea en el centro, en la Ciudad Vieja o en el encantador barrio de Yemen Moshe. No olvides reservar con tiempo para encontrar las mejores ofertas.

22. Conseguir alguna artesanía con un grabado en hebreo para llevar de regreso a casa. Es una hermosa forma de guardar un recuerdo de la cultura local. Puedes encontrar muchas tiendas de souvenirs en la calle Ben Yehuda.

23. Visitar una de las ciudades más antiguas del mundo: Tel Jericó. Está a un tiro de piedra de Jerusalén y tiene algunos yacimientos arqueológicos sorprendentes. Puedes visitarla junto a la mítica Belén en este tour. 

24. Pasear por la zona de Yafo después de la caída del sol. Es un lugar muy animado, repleto de bares y restaurantes. Nuestros favoritos son Mike’s Place (Jaffa St. 33) y Hataklit (Heleni ha-Malka St. 7).

25. Tomar un jugo de granada. Es una de las frutas más típicas de Israel. Pídelo en una juguería al paso: encontrarás varias al caminar por la calle.