Se trata de una pequeña isla volcánica que pertenece al archipiélago de las Cícladas. De la Isla de Milos llama especialmente la atención su paisaje natural compuesto de montañas coloridas que sirven de fondo a sus atractivas playas de agua calma y cristalina.
Si bien esta localidad no es tan turística como lo son algunas de sus vecinas, al igual que la isla de Santorini sus rasgos geológicos le confieren de especiales atractivos naturales.
Está ubicada a 150 kilómetros al sudeste de Atenas, tiene forma de U y se extiende en una superficie de 151 kilómetros cuadrados. Una de las particularidades que la hacen conocida y por la cual lleva ese nombre es que allí se encontró la famosa estatua de “Venus de Milo”.
Qué ver en la Isla de Milos
De pequeñas calas, playas de roca blanca o arenosa, Milo tiene mucha costa donde relajarse. Aquí te nombramos algunas de las playas que no podrás perderte: Jivadolimni, Paliojori, Emborio, Apolonia, Sarakinico, Firopotamos, Tsigrado, Ayia Kiriaki, Gerontas, Papafrakas y Provatas, entre otras.
El paso de diversas civilizaciones, han dotado a Milos de un rico legado mitológico e histórico digno de conocer como:
- Castillo de Milos, con hermosas vistas panorámicas de la isla.
- Teatro Milos, construido en la época helenística, hoy sigue organizando actuaciones y festivales de teatro.
- Barrio de Kastro, uno de los más antiguos de la isla.
- Pueblo de Tripití, pintoresco y famoso por sus ricos aperitivos.
- Puerto de Adamas, el corazón de la isla, donde encontrarás las típicas casas blancas y calles empedradas de las Cícladas.
- Cuevas de Papafrangas.
- Catacumbas de Milos, catacumbas subterráneas paleocristianas.
- Museos: Museo Arqueológico, Museo Mineralógico, Museo Folklórico e Histórico de Milos, Museo Eclesiástico, Museo de la Minería.
