Historia de Brujas

Los comienzos como puerto estratégico

La historia de Brujas se remonta al siglo IX, cuando algunos asentamientos la fueron convirtiendo en un importante puerto internacional, gracias a su estratégica ubicación cercana al Mar del Norte. Pero en el siglo XI Brujas pierde el acceso al mar a causa de la sedimentación. En el año 1134 y gracias a una fuerte tormenta que cayó sobre la región de Flandes, Brujas recupera su salida al mar a través de un canal natural, el Zwin, que posteriormente volvería a sedimentarse, lo que llevaría, entre otras cosas, a la quiebra de su economía.

Años más tarde se delimita el territorio de la ciudad, construyendo una muralla de protección a través de la misma, bajo el patronazgo de los Condes de Flandes. En la Edad Media, Brujas se convirtió en el principal centro comercial del noroeste de Europa, dedicándose principalmente a la exportación de lanas de Flandes, justo cuando esta industria comenzó a emerger.

Brujas, en su mayor esplendor económico

A partir de este momento Brujas se convierte en una de las ciudades más ricas de Europa, y es cuando comienzan a erigirse en la ciudad los principales edificios, iglesias y monumentos, como la Iglesia Nuestra Señora de Brujas o el Ayuntamiento de la Plaza Burg, que aún se conservan en el casco histórico de la ciudad.

En el año 1297 las tensiones sociales aumentan cuando Flandes comienza a formar parte del Reino de Francia y los flamencos deben aceptar las políticas impuestas por la corona. La situación empeora aún más cuando Felipe IV de Francia encarcela al Conde de Flandes y nombra a un nuevo gobernador.

La batalla de las Espuelas de Oro tiene lugar en el año 1302, cuando Felipe IV de Francia envió tropas para acabar con el pueblo de Brujas, quienes ya habían comenzado a asesinar a los franceses, en lo que hoy se conoce como la masacre de los Maitines de Brujas.

En el siglo XV Brujas era una ciudad próspera que creció rápidamente llegando a tener 200 mil habitantes, y dando lugar al desarrollo del arte flamenco que hoy día conocemos. Pero esta prosperidad también genera conflictos entre las clases altas de la sociedad y los trabajadores agremiados, lo que lleva a Brujas a caer en una época de desastrosos alzamientos, incluida la demolición de una de sus murallas.

Del esplendor a la miseria

Hacia finales del siglo XV el canal Zwin comienza a sedimentarse y hace que Brujas nuevamente pierda acceso al mar. Esto hace que la ciudad se quede sin vías de contacto con el exterior y se produzca un declive en su economía.

El esplendor de la ciudad pasó a convertirse en calles desiertas, casas abandonadas y canales vacíos, y se mantuvo así durante cuatrocientos años.

No fue hasta el siglo XX que la ciudad fue redescubierta por el turismo y de esta manera comenzó una nueva etapa donde el patrimonio medieval se convirtió en su mayor riqueza, que hoy día sigue atrayendo a más de tres millones de turistas cada año.

En idioma flamenco "brug" significa "puente", y su plural "Brugge" es la que da nombre a este pequeño tesoro medieval, debido a la cantidad de puentes que ostenta cruzando sus característicos canales.