Museo Gemäldegalerie

Considerado como uno de los tesoros de Berlín, el Museo Gemäldegalerie se destaca por albergar una de las mejores colecciones del mundo de arte europeo desde el siglo XIII hasta el XVIII.

Ubicada al oeste de la Potsdamer Platz, esta pinacoteca fue edificada en 1830 y reconstruida en 1998.

El diseño estuvo a cargo de los arquitectos alemanes Heinz Hilmer y Christoph Sattler, quienes le dieron un estilo moderno al edificio y lo proveyeron de 72 salas en las que desde entonces se exponen las diferentes pinturas.

Si bien originalmente las colecciones sólo estaban compuestas por las obras de Federico el Grande (rey de Prusia desde 1740 hasta 1786), luego se incorporó arte holandés e italiano gracias a la destacada dirección de Wilhelm von Bod.

Con el paso del tiempo, las obras fueron recurrentemente trasladadas hasta que, después de la Segunda Guerra Mundial, muchas de ellas fueron dispuestas en su sede actual. El Museo Antiguo y el Museo Bode fueron algunos de los edificios en cuyas instalaciones permanecieron las pinturas.

El museo en la actualidad

En la actualidad, el enorme Museo Gemäldegalerie presenta alrededor de 1.500 obras que son expuestas de manera cronológica.

Las salas numeradas permiten al visitante recorrer la galería avanzando en el tiempo. En este sentido, es posible comenzar desde el lado norte del museo con arte nórdico del continente para luego llegar hacia las producciones del sur.

Una de las particularidades es que cada sala está destinada tan sólo a una franja que comprende de uno a cinco artistas, siendo las más populares aquellas dedicadas a las obras de Rembrandt, con más de dieciséis trabajos, y a las de Rafael Sanzio, con importantes pinturas del Renacimiento.

Asimismo, se hacen presentes maestros europeos como Caravaggio, con “Amor Vincit Omnia”, o Giovanni Baglione, con “Amor Sagrado frente al Amo Profano”. Otras de las destacadas obras del Museo Gemäldegalerie provienen de artistas alemanes, franceses, italianos, ingleses, flamencos y neerlandeses. Tal es el caso de Durero, Bruegel, Rubens, Botticelli, Tiziano, Watteau y Gainsborough, entre otros.

Todas estas colecciones son conservadas y restauradas en los laboratorios de la propia institución, en donde se utilizan procedimientos avanzados para evitar el deterioro de las obras.