Ruinas de San Ignacio

En la localidad de San Ignacio, a 240 kilómetros de Puerto Iguazú y sus maravillosas Cataratas, se encuentran las ruinas de una importante reducción jesuítica de los siglos XVI y XVII. Es la mejor conservada de todo el territorio argentino. Conserva los muros y dinteles de las viviendas y otros edificios principales de la misión.

La Unesco ha considerado Patrimonio de la Humanidad a un conjunto de reducciones de la zona que se distribuyen entre Brasil y Argentina:

• Misión jesuítica de San Ignacio Miní (Argentina)

• Nuestra Señora de Loreto (Argentina)

• Santa María la Mayor (Argentina)

• Santa Ana (Argentina)

• San Miguel de las Misiones (Brasil)

Historia de la Misión jesuítica de San Ignacio Miní

Las misiones jesuíticas guaraníes fueron un conjunto de pueblos misioneros fundados a partir del siglo XVII por los jesuitas en territorio americano. Su objetivo era servir de refugio a misioneros y locales para poder evangelizar a los pueblos guaraníes. Aunque muchos jefes locales se mantuvieron en pie de guerra frente a los colonizadores, otros se aliaron con los jesuitas y trabajaron con ellos en la construcción de iglesias y el sostenimiento de las misiones.

San Ignacio fue fundada por primera vez en 1610, pero debido a las condiciones hostiles de la zona y los permanentes enfrentamientos con hombres armados provenientes de Brasil, la reducción cambió de emplazamiento en distintas oportunidades. Se estableció de manera definitiva en su ubicación actual en 1696.

Qué ver

• En las ruinas de San Ignacio se pueden visitar los restos de algunos de los edificios que rodeaban la plaza principal: la iglesia, los talleres, el colegio, viviendas de los religiosos y los nativos. Algunos de los inmensos muros de piedra roja local se han mantenido en pie y todavía muestran restos de la profusa decoración barroca de inspiración americana. En los relieves se mezclan ángeles con animales y plantas autóctonos.

• También se puede visitar un pequeño museo que guarda restos arqueológicos de gran valor: piedras labradas, herramientas e instrumentos musicales, entre otras cosas. En el museo también se pueden ver maquetas de la reducción en su época de esplendor.

• Por las noches hay un show de luces y sonido en el que se proyectan hologramas sobre los muros de las ruinas. Un narrador relata la historia de un habitante nativo de la reducción para que los espectadores descubran cómo era la vida en el lugar en aquellos tiempos. El espectáculo es entretenido y revelador, y permite hacerse una idea de la forma de organización de las reducciones y los conflictos que debían enfrentar.