Tour por el Kioto más auténtico + Ceremonia del té (precio por grupo)
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Si le pidieras a los viajeros enamorados del Lejano Oriente que hagan un Top 10 de ciudades imprescindibles, seguramente Kioto estaría en los primeros puestos. ¿Por qué nos atrevemos a hacer esta afirmación? Pues porque pocas ciudades tienen la riqueza histórica y cultural que tiene Kioto. Y no solo eso, menos ciudades aún logran combinar ese legado con paisajes naturales de increíble belleza, una gastronomía tan tentadora y todo el confort de las grandes metrópolis.
En un destino tan fascinante como Kioto, puede resultar difícil elegir qué lugares incluir dentro del itinerario. Por eso hemos venido en tu ayuda con esta lista de 10 imprescindibles para descubrir en la ciudad. Ellos te darán un panorama esencial de todo lo que hay para ver y hacer en Kioto. Y cada uno es tan especial, que si volvieras a casa después de haber visto tan solo uno de ellos, seguramente lo harías con el corazón contento.
Pero basta de preludios, dejemos que los principales atractivos de la ciudad hablen por sí mismos:
Ubicado al noroeste de Kioto, y algo alejado del centro de la ciudad, se encuentra este increíble templo, probablemente el más famoso de Japón y uno de los más visitados, tanto por viajeros como por locales. Kinkaku-ji debe su fama a la belleza del Pabellón de Oro, su edificio principal. Las dos plantas superiores de esta construcción se encuentran recubiertas de hojas de oro y refulgen de manera especial bajo la luz del sol. Además, la brillante superficie se refleja en el precioso kyoko-chi (Lago del espejo) que se encuentra justo a sus pies.
El interior del templo, en el que se guardan reliquias del Buda, está cerrado al público, pero si tienes la suerte de que alguna ventana se encuentre abierta, podrás espiarlo desde afuera.
Pasear por los hermosos jardines, que mantienen su diseño original desde el siglo XIV, es otro de los grandes placeres de una visita a Kinkaku-ji. Desde ellos puedes disfrutar de impactantes vistas del Pabellón de Oro enmarcado por la vegetación.
Una gran forma de visitar este magnífico templo es en la compañía de un guía experto de habla hispana que te ayude a descubrir detalles de interés. Para eso, nada mejor que contratar un tour privado. Podrás sacarle el máximo provecho a tus visitas en Kioto.
El santuario sintoísta Fushimi Inari-taisha es el más importante de los muchos dedicados a lo largo y ancho de Japón a Inari, la deidad de la fertilidad y el arroz.
Si viste la película “Memorias de una geisha”, el lugar te resultará familiar, ya que aquí fue filmada la escena en la que la protagonista corre por un camino de puertas rojizas que parece infinito. Y aunque las sendas no son realmente infinitas, lo mejor es ir preparado para una larga caminata, porque, dependiendo del itinerario que elijas, sí puedes caminar varios kilómetros por los caminos que llevan al templo.
Además de los bonitos toriis, en el recorrido te encontrarás con construcciones de hermosa arquitectura, puestos de comida y tiendas de recuerdos. Tal vez llamen tu atención las numerosas estatuas de zorros o kitzunes. Están allí porque los zorros son los típicos mensajeros de la diosa Inari.
Puedes visitar Inari en una excursión privada junto a un guía experto de habla hispana que responderá todas tus preguntas. El paseo también incluye la visita a Nara, donde podrás ver ciervos en libertad.
No podemos decirte exactamente cuántas puertas hay en el lugar porque cada año se agregan nuevas. En su mayoría son donadas por personas o empresas, a modo de ofrenda. Si te asomas a la parte de atrás de cada una, encontrarás grabados allí los nombres de cada donante.
Si siempre has soñado con ver una geisha en vivo y en directo, definitivamente amarás Gion. Ubicado en el corazón de Kioto, sobre la rivera este del sagrado río Kamogawa, Gion es el distrito de geishas más famoso de la ciudad. La zona también es conocida como el Barrio del Placer o Hanamachi, “Ciudad de flores”.
Dar un paseo al atardecer por sus pintorescas calles no tiene desperdicio. Están repletas de casas de madera construidas y decoradas con el tradicional estilo japonés. Colgando de las puertas llamarán tu atención los típicos farolillos de papel con emblemas que representan diferentes distritos.
A lo largo de sus mágicas callecitas hay gran cantidad de tiendas que ofrecen una infinidad de productos típicos: desde telas y calzados hasta parasoles pasando por objetos decorativos y dulces.
Si la experiencia de cruzarte con una geisha te deja súper entusiasmada con la idea de meterte en su mundo, te encantará saber que puedes hacer un city tour por las calles de Kioto vestida de geisha. Es una oportunidad única. ¡No te la pierdas!
En la cima de las colinas de Higashiyama se encuentra este magnífico templo, un hermoso complejo de recintos religiosos distribuidos en un colorido jardín en el que destacan los cerezos florecidos en primavera y las hojas rojas de los arces en otoño. Su nombre significa “Templo del agua pura”.
Al llegar te recibirá un amplio playón de piedra con una escalera. Allí se encuentran las dos estatuas de reyes Devas que protegen el recinto del mal y, un poco más allá, la imponente puerta de entrada al templo.
Si bien en el lugar hay una veintena de hermosos edificios (por lo que es ideal ir con tiempo para apreciarlos a todos) los protagonistas de Kiyomizu-dera son:
Si disfrutas las caminatas y el contacto con la naturaleza ¡este distrito será tu favorito! Es famoso por el Puente Togetsu-kyo (en el que se han filmado escenas de varias películas), que atraviesa el río Katsura y ofrece fabulosas vistas. Desde ahí puedes alimentar a las truchas y, durante el verano, ver a los pescadores practicando ukai, un ancestral método de pesca japonés.
El bosque de bambú es el otro gran protagonista de Arashiyama. Caminando por su sendero verás fabulosas cañas de bambú de más de 20 metros de altura. El suave murmullo que produce el balanceo de los troncos al viento arrullará tus oídos durante todo el trayecto.
Puedes visitar el bosque de bambú con una excursión en la que también conocerás el Templo Tenryū-ji, famoso por su espectacular jardín zen; el pequeño santuario Nonomiya y su jardín de musgo, y la ciudad Imperial de Uji. Todos lugares de asombrosa belleza.
Este templo es conocido por albergar el famoso Pabellón de Plata, que sobrevivió a varios incendios y terremotos.
La idea original era cubrirlo con paneles de plata, pero el proyecto nunca se concretó. Sin embargo, esto no le quita belleza, y el pabellón de dos pisos de estilos diferentes es un claro ejemplo de que las cosas sencillas también pueden ser hermosas. A su lado se encuentra el Togudo, otro humilde edificio del templo. Si bien las construcciones no se encuentran abiertas al público, desde el exterior podrás disfrutar de su belleza y apreciar las pinturas de sus tradicionales puertas corredizas.
Lo más hermoso de Ginkaku-ji: ¡pasear por sus preciosos jardines! Conéctate con la calma que emana el jardín seco de arena, conocido como “Mar de arena plateada”; disfruta la “Plataforma de observación de la luna”, con su cono de arena blanca, y déjate cautivar por el colorido jardín de musgo. Podrás atravesar sus pequeños riachuelos y estanques pasando por sus puentes, que parecen salidos de un cuento.
Dos kilómetros de puro encanto para disfrutar paseando junto al canal Shishigatani y dejarse cautivar por el ambiente. A ambos lados del camino se elevan árboles de cerezo que forman un arco sobre sus visitantes y ofrecen un espectáculo único cuando florecen en primavera. Los arces, hortensias y camelias le añaden aún más color a este precioso paseo. A medida que lo vas recorriendo, podrás visitar también diferentes templos, santuarios y tiendas de dulces, artesanías y recuerdos.
El sendero es también conocido como el “Paseo del filósofo”, ya que el filósofo japonés Nishida Kitaro meditaba allí cuando se dirigía a la Universidad de Kioto a dar clases. A mitad del camino, junto al templo de Honen-in podrás ver el monumento de piedra en su honor con parte de un poema compuesto por el profesor.
Te recomendamos empezar su recorrido al salir del templo Ginkaku-ji y terminar en el templo Zenrin-ji, más conocido como Eikando. La extraordinaria belleza de su frondoso jardín, que en otoño adquiere unos brillantes tonos rojos y naranjados, te dejará sin habla.
Este hermoso templo zen, conocido como “El templo del dragón tranquilo” (o dragón de la paz), es famoso por su karesansui (jardín seco), el más concurrido de Japón.
¿Has oído hablar alguna vez de los jardines secos? Son jardines en los que la grava, la arena y las piedras son los protagonistas absolutos. Los monjes budistas suelen usarlos para sus meditaciones.
El karesansui del Templo Ryoan-ji destaca por su sencillez. En un rectángulo de unos 250 metros cuadrados cubierto de arena, se disponen 15 rocas sobre pequeños círculos de musgo. El pacífico rincón invita al relax y la contemplación.
Pero no todo es piedra en Ryoan-ji, porque en el templo encontrarás también un bonito estanque habitado por patos mandarines y rodeado de un verde jardín. Una visita para disfrutar un momento de paz y tranquilidad que sin duda dejará una marca en tu espíritu.
Son las calles más populares del barrio de Higashiyama, una de las zonas tradicionales mejor conservadas de Kioto. Caminar por cualquiera de ellas es meterse de lleno en el Kioto más auténtico y genuino.
Como el barrio está situado en la ladera de una montaña, ambas calles tienen una pendiente pronunciada. Lo mejor es comenzar el recorrido en la parte más alta para poder disfrutar del encanto de sus tiendas y su ambiente sin hacer demasiado esfuerzo.
Ambas están repletas de tiendas de artesanías, comidas típicas y productos tradicionales japoneses. Las casas que las flanquean están construidas en madera y su superficie adoquinada guarda secretos centenarios. Tomar el té en una de sus típicas casas de té es una experiencia que no puedes perderte.
Para entrar en contacto con las tradiciones más antiguas de Kioto, no te pierdas este tour con ceremonia del té que te lleva por los lugares más emblemáticos de Higashiyama, el Kinkaku-ji, el castillo de Nijo (del que te hablaremos a continuación) y otros lugares igualmente fascinantes.
El castillo de Nijo fue construido a principios del siglo XVII como residencia del primer gobernante del período Edo. Es uno de los castillos mejor conservados de esa época y un magnífico ejemplo de la estructura de un castillo japonés medieval. Está considerado Patrimonio de la Humanidad.
En la visita podrás caminar libremente por los jardines exteriores y ver los increíbles muros y fosos que protegen la construcción. Ya en el interior, el recorrido se hace por lugares estrictamente señalados y sin zapatos. Allí quedarás fascinado por la decoración de sus puertas correderas, pintadas por artistas de la escuela Kano.
Si visitas el castillo por tu cuenta, te recomendamos familiarizarte primero con la historia del periodo Edo. Así comprenderás la importancia política del lugar y podrás apreciarlo más allá de su fantástica arquitectura.
El castillo tiene suelos diseñados con la intención de que hagan ruido al pisarse, para que el sonido sirviera de alerta ante la presencia de intrusos. Son conocidos con el poético nombre de “los suelos del ruiseñor”.
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