Mausoleo de Lenin

La visita al mausoleo de Lenin se ha convertido en un imprescindible de Moscú. En una llamativa pirámide de la Plaza Roja se conservan los restos embalsamados del líder de la revolución bolchevique. ¿Vale la pena acercarse a conocerla? Te lo contamos.

¿Quién fue Lenin?

Vladímir Ilich Uliánov, conocido como Lenin, fue un revolucionario, teórico marxista y político, líder de la Revolución Rusa de 1917. En 1922 se convirtió en el máximo dirigente de la ex URSS y aplicó las reformas que concretaron la transferencia de tierras, fábricas y propiedades a manos del Estado o los trabajadores soviéticos. En 1924 falleció, víctima del estrés y agotamiento extremos a los que estuvo sometido durante los últimos años de su vida.

El mausoleo

El mausoleo está considerado una obra maestra de la arquitectura soviética. Fue construido por Schusev, reconocido arquitecto ruso.

La visita a la pirámide tiene un estricto protocolo. Los horarios de visita son reducidos y una vez que se llega al mausoleo el recorrido no es libre. Se ingresa por una escalera descendente, se pasa frente al cuerpo embalsamado, donde no es posible quedarse demasiado tiempo, y luego se asciende nuevamente hacia el exterior por otra escalera.

En el lugar trabaja un equipo de científicos que se encarga de realizar tratamientos de mantenimiento sobre el cuerpo y de cambiarle el traje.

Monumento polémico

A pesar de ser una de las atracciones más visitadas de Moscú, el mausoleo de Lenin mantiene dividida a la opinión pública de Rusia.

En vida, Lenin había manifestado querer ser enterrado junto a su madre en San Petersburgo y abogaba incluso a favor de la cremación. Sin embargo, por decisión de Stalin, su cuerpo fue embalsamado y colocado en el mausoleo. Su idea era que todos lo que así lo deseaban pudieran rendirle homenaje allí. La decisión fue cuestionada por muchos líderes revolucionarios, entre ellos León Trotksi, que se revelaba contra el personalismo y las prácticas adoratrices, que acusaba de ser propias del pensamiento religioso.

En la actualidad, a pesar de que el mausoleo aún se mantiene en pie, sigue causando polémica en la sociedad rusa. Hay quienes sostienen que es parte de la historia y debe permanecer donde está, mientras que otros reclaman que se dé sepultura al cuerpo de una vez por todas.