Visita guiada por Alfama y Castillo de San Jorge
- 3 horas
- Español
- Cancela gratis
Días 1 y 2- Lisboa
Día 3- Ruta de Vinos del Alentejo
Días 4 y 5- El Algarve
Días 6 a 8- Costa de Prata y Santuario de Fátima
Días 9 y 10- Oporto
Días 11 y 12: Parque Nacional da Peneda-Gerês
Días 13 a 15: Madeira
El primer día de visita en Portugal, habiendo llegado a su ciudad capital, vale la pena realizar el recorrido en tranvía por los barrios más representativos de la ciudad. El excelente sistema de transportes en la ciudad permite conocer los barrios de Alfama, Baixa, Barrio Alto, Estrela, y Prazeres utilizando sólo la línea 28 (carreira 28) del tranvía. Si bien el recorrido completo dura una hora y la vista desde el tranvía permite captar la identidad de la ciudad, construida sobre 7 colinas que los transportes recorren exhaustivamente, es interesante detenerse en algunos de los puntos de interés de estos barrios tradicionales y transitar sus estrechas calles y callejuelas.
En Alfama, además de transitar por sus laberínticas calles repletas de patios con flores, ropa tendida al aire libre y mercados, puede conocer la Catedral de Lisboa y el Castillo de San Jorge, desde cuya altura se obtiene una excelente vista de la ciudad. En la Baixa, el centro histórico de la ciudad, se puede conocer el Elevador de Santa Justa -ubicado en las ruas de Aurea y Santa Justa- que con sus 45 metros de altura comunica con el Chiado, una de las maravillas de la ingeniería de principios del siglo XX. En el Chiado, el primer lugar al que conduce el elevador de Santa Justa es el Convento do Carmo, en ruinas desde 1755. En la cima del elevador hay una cafetería donde se puede tomar algo o comer con las increíbles vistas como óptima compañía. También se puede recorrer allí y conocer las tres iglesias de Nossa senhora de Loreto, Nossa senhora de Encarnaçao y Nossa senhora dos Martires.
Al llegar al Barrio Alto, si bien el paisaje sigue siendo de calles estrechas y estilos de construcciones superpuestos, el ambiente se vuelve mucho más animado ya que es una zona más bien comercial por la que da gusto pasear disfrutando de las tiendas y lugares de ocio, especialmente por la noche. A continuación, se alcanza el barrio de Estrela, donde se puede pasear por el Jardim da Estrela que se encuentra junto a la basílica de Estrela.
Habiendo llegado a Prazeres, se pueden visitar el Palacete da Lapa, el Palácio do Conde de Óbidos, la Iglesia de São Francisco de Paula y el Palacio de las Necesidades.
Luego del paseo que con las detenciones necesarias toma prácticamente todo el día, se puede acudir al barrio de la Alfama a disfrutar de una buena cena típica, que sin duda incluirá algún delicioso plato de pescado al tiempo que escucha un excelente espectáculo de fado. Habitualmente, los precios de entre 20 y 30 € incluyen la cena y el derecho de espectáculo. Uno de los lugares más recomendables es La Esquina de Alfama, un local en donde el espacio, el ambiente, la calidez de las personas y la calidad de la comida escapan a los estándares turísticos para hacerle sentir al viajero que es parte de la tradición local
El segundo día en Lisboa es una buena oportunidad para conocer uno de los complejos arquitectónicos que más visitas recibe al año, el que se compone por el Monasterio de los Jerónimos, con su Torre de Belém y Museo Marítimo, y el Palacio Nacional de Ajuda. Recorrer las instalaciones de todo el conjunto palaciego, mejor conocido como Lisboa Monumental, lleva todo un día, pero es un experiencia que en si misma vale la pena. Esta visita está particularmente vinculada a la época de los Descubrimientos, que significo un fuerte desarrollo, tanto para Portugal como para otras potencias europeas.
El monasterio de los Jerónimos se construyó en conmemoración del regreso del navegante Vasco da Gama y allí se conservan sus restos. Ubicado parcialmente dentro del monasterio se encuentra el Museo Marítimo, depósito de valiosas piezas de navegación, como embarcaciones e instrumentos, y de documentos, mapas y libros que permiten acercarse a una de las más relevantes tradiciones portuguesas. Junto al monasterio se encuentra la Torre de Belém, construida en homenaje al patrono de la ciudad, San Vicente Ferrer. Finalmente, el Palacio Nacional da Ajuda, que funcionó como residencia durante el sigo XIX se encuentra abierto al pública para permitirile apreciar el estilo de vida real de la época al visitar sus imponentes habitaciones.
El siguiente día se puede recorrer la ruta de vinos del Alentejo. La particularidad de esta ruta es que es claramente manifiesta la influencia de los antiguos pueblos de la región con sus oríigenes y tradiciones. Al avanzar sobre este camino, se encuentran pintorescos espacios rurales de curiosa belleza, así como algunos sitios de valía para la historia nacional y otros representativos de la arquitectura portuguesa. Durante el paseo, se puede detener a observar y conocer las maravillas de la Fundación Eugenio de Almeida, en Évora; la Herdade dos Coelheiros, en Igrejinha, Arraiolos; Roquevale, Monte Branco, Redondo; y la Herdade do Esporão, en Reguengos de Monsaraz.
Las ciudades de Faro y Portimao se encuentran en el territorio sur del país y son dos ciudades representativas de lo que significa el Algarve portugués. Faro es la capital de la provincia y, como tal, la principal ciudad de la región. Se destacan de entre los sitios de interés Museo Municipal de Arqueología, el casco antiguo donde se concentra gran parte del patrimonio arquitectónico y artístico de la región y el puerto, donde los yates atracados, los jardines y las calles repletas de tienditas y cafeterías constituyen un paseo único.
La Praia de Faro, conformada por una de las tantas isletas arenosas, es la playa urbana de la ciudad, y se puede llegar en ferry. Si esta playa resulta demasiado poblada, el viajero puede optar por playas más tranquilas en los alrededores.
Desde allí, se pueden transitar los pocos kilómetros que separa Faro de Portimao para conocer este maravilloso puerto pesquero en el que se pueden degustar las mejores piezas capturadasen el día en los restaurantes de los alrededores. A sólo un kilómetro, se encuentra Playa da Rocha, donde los acantilados constituyen el escenario perfecto para descansar.
La región de la Costa de Prata ofrece una copiosa concentración de palacios y monasterios dignos de visitar para admirar sus exquisitos estilos arquitectónicos.
En Sintra, vale la pena dedicar un día completo a conocer y apreciar las bellezas del Palacio de la Peña y sus alrededores, el parque de Monserrate, el Castelo dos Mouros y el Convento dos Capuchos. Este Palacio es el más representativo del estilo romántico en Portugal y, junto con los exuberantes jardines, se extiende sobre un área de peñascos que le dio algunos aspectos irregulares a la construcción del edificio. Si el viajero se queda con ganas de recorrer más de la ciudad, se puede visitar el Palacio de Seteais y el Palacio de Regaleira.
El Palacio Nacional de Sintra es un acogedor espacio cultural y turístico emplazado en la costrucción de en un palacio urbano del siglo XVI. Vale la pena disfrutar de la belleza arquitectónica del lugar como del valor cultural de las actividades que allí se realizan y de los libros refugiados en su biblioteca.
El Palacio de Queluz, que fue la principal residenca de la casa de Braganza, deslumbra con la belleza que le impregnaron quienes participaron de su diseño, construcción y ornamentación. Arquitectos, artistas y artesanos de todo el mundo fueron convocados y, si bien respetaron el típico estilo portugués, que se encuentra aún hoy bien marcado, le dieron algunos detalles de carácter exótico que lo hicieron conocido como el Versalles portugués.
A pocos kilómetros de allí, apenas desviándose del camino a Oporto, se encuentra el Santuario de Fátima, punto de encuentro de multitudes de peregrinos. Más de 5 millones de personas visitan el santuario todos los años. La Basílica de Nuestra Señora del Rosario se encuentra emplazada donde en 1917 la Virgen María se le apareció a 3 niños pastores y solicitó la construcción de una capilla. Por ello, una segmento del complejo y extendido conjunto arquitectónico se denomina la Capilla de las Apariciones (Capelinha das Aparições) ubicado en lugar exacto donde según la creencia de los fieles se mostró la Virgen. Además, el lugar cuenta con otros bellisimos recintos donde la fe y la estética se encuentran en su máximo nivel de expresión.
Otros sitios interesantes para visitar en la zona de Costa de Prata son el Palacio de Mafra; Convento de Cristo, parte del legado que la Orden del Temple le dejó a Portugal; el Castelo de Tomar; el Aqueduto dos Pegoes y uno de los edificios más grandiosos del país que es el Monasterio de Batalla, construido para agradecer a la Virgen María el apoyo que le brindo a las tropas portuguesas que vencieron a las de Castilla en 1385.
Oporto es la segunda ciudad de Portugal, ubicaba en las márgenes del Duero. Entre los aspectos más atractivos de la ciudad se cuentan su pintoresco casco histórico surcado por callejuelas y la vista desde sus numerosos puentes. La zona portuaria, fuente de la verdadera identidad de la ciudad, es absolutamente llamativa con sus típicas casas y edificios de fuertes colores y los muelles de las barcas tradicionales. Estos aspectos constituyen imágenes muy apreciables, especialmente en los barrios de Barredo y Cais da Ribeira.
El viejo barrio de Oporto, a su vez, desarrolló un fuerte atractivo turístico adaptándo su esencia a las exigencias de los viajeros. Encantadoras tascas, tabernas y bodegas completan el cuadro. Desde el puerto de la Ribeira, se puede aprovechar para navegar por el Duero, un paseo imperdible.
El centro de la ciudad también cuenta con numerosos atractivos, como la iglesia de San Francisco, el Palacio de la Bolsa, el Museo del Tranvía y la Torre de los Clérigos.
En Braga se encuentra el acceso al único Parque Nacional de Portugal; si bien existen otras áreas naturales protegidas, éste es el único en su categoría. El Parque Nacional da Peneda-Gerês es una de las máximas expresiones de la armoniosa convivencia de un entrono natural protegido, el turismo responsable y la función educativa. Al ingresar al Parque, el paisaje de montaña sorprende a los viajeros y son numerosas las rutas de senderismo que puede realizarse para estar en mayor contacto con la naturaleza. Es recomendable también aprovechar alguno de los 6 sitios de acampada del parque o pasar la noche en alguna de las 114 poblaciones dispestas para recibir a los turistas. Estas poblaciones son pequeñas y tradicionales y están preparadas para brindarle a los visitantes una experiencia única.
Los últimos días de viaje por Portugal son un excelente momento para visitar Madeira y llevarse a casa el recuerdo fresco de uno de los destinos turísticos más tradicionales de Portugal. La isla de madeira está preparada para recibir turistas todo el año y el clima suave del lugar acompaña esta iniciativa. Asimismo, hay actividades para todos los gustos y preferencias, desde la navegación y pesca hasta una animada vida nocturna, pasando por la práctica de Surf, montar a caballo, la observación de delfines y ballenas, viajes en globo y excelentes lugares para ir de compras. Algunos de los sitios que se pueden visitar son el núcleo histórico Funchal, el Centro de Vulcanismo y las Grutas de Sao Vicente.