Tour nocturno por Shinjuku (precio por grupo)
- 4 horas
- Español
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Un viaje a Tokio es una aventura emocionante que ya comienzas a disfrutar desde el sillón, mientras investigas sus incontables propuestas, condimentadas con sabores exóticos. Planes diurnos y nocturnos que prometen llevarte al borde de nuestro tiempo y empujarte hacia el abismo futurista de los hoteles cápsula y los imponentes rascacielos.
En una ciudad con tanto para ver y hacer, puede parecer difícil identificar los planes fundamentales. Pero no desesperes, para eso hemos preparado esta lista de 10 imprescindibles que contiene la llave maestra para adentrarte en la cultura de Tokio y visitar los lugares más icónicos de esta electrizante ciudad. Prepárate para sumergirte de lleno en sus luces de neón, sin dejar de lado las huellas de tradición que asoman bajo su traje hipermoderno. Aquí vamos.
Akihabara es conocido por ser el barrio de la electrónica y la tecnología. Pero en los últimos años fue ganando popularidad también como meca de los otakus, fanáticos del manga y el anime, las historietas y las series de animación japonesas.
El epicentro del barrio se encuentra en los alrededores de la estación y en Chuo dori, la calle principal. Los domingos Chuo dori se vuelve peatonal durante la tarde y brinda la posibilidad de vivir una experiencia única caminando por la acera rodeado de gente y luces de neón.
La explosiva mezcla de manga y tecnología, que encarnan la veta más moderna de la cultura nipona, actúa como un imán para los viajeros de paso por Tokio. En los grandes centros comerciales puedes encontrar ordenadores, cámaras fotográficas, equipos de audio y los últimos gadgets tecnológicos. Y para nutrir tu costado otaku, tienes megatiendas como Mandarake, Animate o el Tokyo Anime Center, un paraíso repleto de juguetes, comida, libros y recuerdos relacionados con el anime.
Sea como sea, Akihabara te abrirá la puerta al costado más pop de Tokio. No te lo pierdas. Puedes visitarlo como parte de este tour privado por Tokio con un guía en español que te ayudará a descubrir las claves del barrio.
A pesar de que muchos de sus edificios son bastante nuevos, ya que fueron reconstruidos después de la Segunda Guerra Mundial, Asakusa es considerado el barrio más tradicional de Tokio. Es famoso por albergar el templo Sensoji, el más antiguo de la ciudad, dedicado a la diosa Kannon.
Lasmejores fotos de Asakusa las podrás hacer frente al farolillo gigante de la puerta Kaminarimon de Sensoji y en la calle Nakamise, que encuentras una vez que cruzas la puerta. Se trata de una de las calles comerciales más antiguas de Japón y es imposible no tentarse con algunos de sus dulces, artesanías y otros productos típicos.
Pero Asakusa no termina en este templo. Otros de sus atractivos son el Santuario Asakusa, punto de partida del famosísimo festival Sanja Matsuri; el parque de atracciones Hanayashiki, con las montañas rusas más antiguas de Japón; la calle Hoppy, perfecta para comer algo en alguno de sus muchos izakaya, restaurantes japoneses típicos, y el Parque Sumida, que en primavera se llena de flores de cerezo.
Tokio tiene varios miradores que te darán increíbles vistas de la ciudad desde las alturas.
Tal vez el más famoso de todos ellos sea el de la Torre Mori, llamado Tokyo City View. Las vistas incluyen la Torre de Tokio, el parque Yogoyi, Odaiba, Shinjuku e incluso la torre Skytree y el monte Fuji a lo lejos. El precio es algo alto (1800 JPY para el mirador interior y 500 JPY extra para la terraza), pero vale la pena cada yen.
Los miradores de las torres Norte y Sur del Edificio del Gobierno Metropolitano son otros de los más populares. Lo mejor de estos miradores es que son de acceso gratuito. Las vistas son muy similares y en días claros también alcanzan hasta el monte Fuji. La principal diferencia entre los dos está en que desde la torre Norte puedes ver el atardecer y el panorama nocturno, ya que está abierta hasta las 23:00 h; mientras que la torre Sur cierra a las 17:30 h.
Skytree, por su parte, además de ser un famoso mirador es uno de los edificios más característicos del skyline de Tokio. Es una torre de televisión de 634 metros, lo que la convierte también en la estructura más alta de Japón. Sus miradores se encuentran a 350 y 450 metros de altura. El precio es de 2.060 JPY para el primer observatorio y 1.030 JPY extra para el segundo.
Harajuku es un barrio fascinante, sinónimo de moda y arte en Tokio. No solo tiene boutiques exclusivas en la avenida Omotesando, sino que además es el lugar favorito de los cospalyers y Lolitas, que encuentran muchas tiendas especializadas en Takeshita Street. En las tiendas de Takeshita también hay objetos y ropa creados por jóvenes diseñadores, y las calles del barrio son un verdadero hervidero de galerías y estudios de arte.
Harajuku funciona como centro de reunión para jóvenes y artistas, sobre todo los fines de semana en la zona del puente Jingu-bashi. Los domingos, allí verás gente con los atuendos más sorprendentes. Si te gusta la moda y el cosplay, es un espectáculo urbano que no puedes perderte.
El movimiento Lolita nació como una forma de rebelión contra las normas sociales japonesas más conservadoras y es sinónimo de libertad juvenil. Las Lolitas nacieron en el corazón del barrio de Harajuku.
Este es otro de los barrios de Tokio que laten al ritmo de la moda. Pero, además, Shibuya tiene en su gran cruce de calles su marca personal e inconfundible.
El barrio de Shibuya es famoso por sus grandes centros comerciales y su agitada vida nocturna. No puedes dejar de visitar las icónicas tiendas del Shibuya 109, y si eres noctámbulo, perderte en las discotecas y clubes nocturnos de todo tipo.
Otro de los puntos emblemáticos de Shibuya es la estatua de Hachiko, el perro fiel que esperó a su amo a la salida de la estación durante años después de que este hubiera fallecido.
Por último, el cruce de Shibuya es una de las imágenes más características de la cara moderna de Tokio. En esa intersección de calles confluyen cinco pasos peatonales que se inundan de gente cada vez que los semáforos dan luz verde a los transeúntes. Es el cruce más transitado del mundo y símbolo clásico del frenético ritmo de vida en las grandes ciudades modernas. Puedes descubrir este y otros hitos del costado moderno de Tokio y su contraste con los lugares más tradicionales en un tour con guía experto.
Odaiba es una isla artificial de la bahía de Tokio que comenzó a construirse a mediados del siglo XX como fortaleza defensiva. A finales de ese siglo empezó a transformarse en un área comercial y hoy reúne algunas de las mejores propuestas de entretenimiento de Tokio.
¿Qué se puede hacer en Odaiba? De todo. Puedes empezar visitando una de las dos únicas playas de Tokio. Es un lugar perfecto para pasar el día o ver el atardecer, pero, eso sí, como la playa es artificial y está rodeada de fábricas, la calidad del agua no es muy buena, por lo que no está permitido bañarse.
Cuando hayas tenido suficiente arena y sol, puedes poner rumbo al centro comercial DiverCity para visitar sus tiendas y admirar su enorme Gundam Unicorn, un gigantesco robot. Si quieres más compras, tienes otros grandes centros comerciales, como Aqua City, Decks y Venus Fort.
Si te gustan las caminatas épicas, te animamos a cruzar a pie el Rainbow Bridge. Lograrás la hazaña en menos de una hora mientras disfrutas de excelentes vistas de Odaiba.
Por último, puedes terminar el día en el asombroso museo de arte digital Teamlab Borderless o subir a la noria Daikanransha, de 115 metros de alto.
El barrio de Shinjuku es una buena síntesis de todo lo que Tokio tiene para ofrecer. Es el centro administrativo de la ciudad, tiene grandes rascacielos, restaurantes, centros comerciales, karaokes y otras variadas ofertas de ocio y entretenimiento. El ajetreo y el bullicio no se detienen en ningún momento del día: Shinjuku es tan animado de noche como de día.
Para explorar el barrio es bueno tener como referencia algunas zonas. En el oeste, por ejemplo, se encuentran algunos de sus más famosos rascacielos, como el del Gobierno Metropolitano, el NS Building y el Sumitobo Building. Tal vez el mejor momento para visitar esta zona sea al anochecer, cuando los oficinistas ya han abandonado el distrito y puedes pasear a tus anchas el gigantesco perfil de sus edificios.
La zona este, por otra parte, concentra la mayoría de las tiendas, centros comerciales, restaurantes y espacios de ocio. Allí se encuentra el distrito de Kabukicho, la zona roja de Tokio. Además de salones donde se ofrecen todo tipo de entretenimientos sexuales, en Kabukicho tienes el Museo Samurai, el Robot Restaurant y la cabeza gigante de Godzilla. También los famosos Golden Gai, diminutos bares con espacio para unos pocos clientes y un ambiente relajado y genuino.
Shinjuku es un lugar perfecto para perderse en las horas de la noche y verse envuelto por las luces de neón. Puedes hacerlo en compañía de un guía especializado para no perderte detalle.
Este santuario sintoísta es uno de los templos más importantes de Tokio. Está rodeado de un gran parque que lo aísla del ruido de la ciudad y lo cubre con un manto de paz y tranquilidad. Si quieres disfrutarlo a tus anchas, el mejor momento es bien temprano, entre las 8:00 y las 10:00 h, antes de que comiencen a llegar los grupos de viajeros.
El santuario Meiji se compone de varios edificios que incluyen espacios para las artes, la práctica de artes marciales y exhibición de piezas de museo.
Además de disfrutar de la arquitectura del templo y su energía, una de las cosas más bonitas de la visita es pasear bajo sus inmensos árboles, ver el jardín de lirios y sentarse a comer un pastel de té verde en la casa de té. Si quieres asomarte a las prácticas del sintoísmo, los domingos es muy común ver bodas en este templo.
El templo está dedicado a las almas del emperador Meiji y la emperatriz Shoken. El bosque que rodea al templo fue creado con la donación de más de 100 mil árboles que llegaron de todas partes de Japón, enviados por personas que querían rendirles homenaje.
Muchos te dirán que si estás en Tokio no puedes perderte el mercado de Tsukiji. Y si sientes una especial fascinación por el pescado, tal vez deberías hacerles caso. Pero si quieres asomarte a un mundo mucho más variado y colorido, te recomendamos no perderte la visita al mercado de Ameyoko, en el barrio de Ueno.
Además del clásico pescado, en Ameyoko encuentras dulces, galletas y otras golosinas; ropa, zapatos, fruta y verdura, electrónica, cosméticos y alimentos frescos y conservados. No es un mercado especialmente elegante, pero sí sumamente genuino. Comer en alguno de sus puestos de comida callejera es una experiencia que le dará a tu viaje el inconfundible sabor de lo auténtico.
Después de pasear por este mercado puedes darte una vuelta por el parque de Ueno, otro de los grandes atractivos de este barrio.
Ubicados en el corazón de Tokio, estos jardines tradicionales son la ventana perfecta al arte del paisajismo japonés y ofrecen un paréntesis de paz al ritmo intenso y alocado de Tokio. Son amplios, tranquilos y tienen un ambiente de lo más agradable.
En el medio los jardines Hama Rikyu hay un estanque salado alimentado por agua que llega desde la bahía de Tokio. En un islote del estanque hay una encantadora casa de té donde sentarse a descansar y disfrutar las vistas.
Otros de los hitos del parque son el pino de trescientos años que custodia su entrada, el jardín de peonías y el muelle desde donde parten barcos con los que puedes llegar a Asakusa.
Estos jardines fueron creados en el periodo Edo (1603-1867) como residencia de un shogun y espacio para la caza de patos. Tuvo muy pocas modificaciones a lo largo del tiempo y permanece prácticamente inalterado desde ese entonces.
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