Salud en Egipto

Para el ingreso a Egipto no se exige ninguna vacuna, aunque es recomendable estar inmunizados contra el tétanos y el cólera.

El malestar que más afecta a los viajeros está vinculado a los problemas estomacales. Para ello, se pueden tomar diferentes precauciones como beber agua mineral embotellada, medir el consumo de bebidas frías al volver de las excursiones, pelar y lavar adecuadamente las frutas y verduras y no abusar de las especias en las comidas.

Las enfermedades más comunes son la hepatitis, el cólera, la malaria, el falciparum maligno y el vivax benigno (en El-Fayum). La bilharzia, o esquistosomiasis, es bastante común y proviene de un parásito que habita en aguas estancadas con riesgo de infección cutánea y ocular. Si embargo, las playas marítimas cuentan con buenas condiciones de salubridad y en las piscinas de las ciudades y centros turísticos, el agua se trata con cloro y se mantiene segura.

La atención de la salud en Egipto cuenta con una infraestructura primaria, hay 208 hospitales públicos centrales y 126 en las zonas rurales donde se obtiene atención gratuita. Sin embargo, es conveniente evitar los hospitales públicos, especialmente fuera de El Cairo, porque no se encuentran en buenas condiciones de mantenimiento e higiene. Ante un malestar leve, se puede acudir a las farmacias -saydaliya, en árabe-y en los casos más graves a los hospitales privados que cuentan con los últimos adelantos médicos y una excelente atención.

Siempre es fundamental contar un seguro médico ya que los gastos en salud en Egipto son muy elevados para los turistas. Asimismo, es recomendable que el seguro incluya la repatriación en casos de emergencia. En los barcos turísticos que viajan a lo largo del Nilo se cuenta con botiquín de primeros auxilios pero no hay médicos de a bordo. Es conveniente tener presente que en la ruta turística del Nilo, se pueden encontrar servicios médicos básicos en Luxor y Asuán.