Tour de la Segunda Guerra Mundial por Moscú
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15,91 US$
El metro de Moscú es una de las principales atracciones de la ciudad. Las diez primeras estaciones fueron inauguradas en 1935 y su construcción y renovación continúa en la actualidad. Además de ser un medio de transporte rápido y eficiente, cada una de sus estaciones cuenta con una decoración arquitectónica única, que representa determinados sucesos históricos del país. La mejor forma de descubrirlas es con una excursión en español, en la que el guía experto, te contará todos sus secretos.
Cada una de las estaciones de metro cuenta con una decoración particular. Entre los elementos decorativos, verás vidrieras, mosaicos, columnas, lámparas y arañas, forjados, murales y esculturas. Los materiales llaman tanto la atención como las formas: bronce, mármoles pulidos y granitos de los Urales, Georgia y Ucrania. Al caminar por los túneles bellamente adornados tendrás la sensación de encontrarte en un museo de bellas artes, más que en una estación de metro.
Es difícil quedarse con unas pocas estaciones del metro, ya que hay elementos de gran belleza en la inmensa mayoría de ellas. De hecho, 48 estaciones de las 222 estaciones del metro moscovita son consideradas patrimonio cultural de Rusia.
Entre las más populares se encuentran:
La magia del metro de Moscú reside en que combina una impresionante arquitectura con una rica historia que la sustenta. La mejor forma de conocer las más atractivas estaciones del metro de la ciudad y no perderte ninguno de sus interesantes detalles es haciendo el recorrido junto a un guía experto de habla hispana.
En este paseo el guía te llevará a visitar las estaciones más bonitas y te contará las historias y leyendas que les dan vida. Podrás descubrir los hechos históricos que tuvieron lugar en cada una de ellas y adentrarte en la simbología de sus exquisitas decoraciones.
Si además de visitar el Palacio Subterráneo quieres conocer los otros imprescindibles de la ciudad, te recomendamos este combo, que también incluye un paseo por los indispensables de Moscú, como el Teatro Bolshoi y el Puente Moskavaretskiy.