Tour por los jardines de San Petersburgo
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Si tienes pensado viajar a Rusia, nada mejor que conocer la ciudad que fundó Pedro el Grande para que fuera la “ventana de Rusia al mundo occidental”. Fundada en 1703, San Petersburgo fue durante más de doscientos años capital del Imperio ruso, y hoy es la segunda ciudad más grande del país. Con sus 400 puentes sobre un sinfín de canales, sus museos famosos, palacios, iglesias y cuidados parques, sin duda se ganará un merecido lugar en tu corazón.
¿Ya estás decidido a conocerla? Entonces repasemos juntos cuáles son sus 10 imprescindibles, para que cuando la visites no te pierdas nada de lo esencial. Ah, y si quieres ahondar aún más en los placeres que te depara esta Venecia del Norte, échale un vistazo también a esta lista de 20 cosas para ver y hacer en San Petersburgo ;)
Icono esencial de la ciudad, la fortaleza de San Pedro y San Pablo es también el lugar donde Pedro el Grande colocó su piedra fundamental en 1703. Está ubicada en la pequeña isla de Záyachi, y se encuentra tan bien conservada que un paseo por ella te hará viajar en el tiempo a la época en que fue fundada.
¿Qué puedes ver hoy en el interior de esta formidable ciudadela? Pues varios museos que, en conjunto, ayudan a reconstruir la historia del complejo. Algunos de los lugares más importantes son:
La visita a la fortaleza te abrirá la puerta a los secretos de la Rusia imperial, sobre todo si la visitas en compañía de un guía experto que pueda contarte cada detalle de sus edificios y monumentos.
A orillas del canal Griboedova se levanta la Iglesia del Salvador sobre la Sangre Derramada, una de las más bonitas y visitadas de San Petersburgo (¡y de toda Rusia!).
El edificio se roba todas las miradas a fuerza de una decoración impactante. Sus cinco cúpulas coloridas, sus paredes cubiertas de adornos elaborados y detallados, bandas y cruces de ladrillo, azulejos policromados en los huecos de las paredes y en los tejados convierten a esta iglesia en un monumento al estilo ruso.
Si el exterior te cautiva con su aspecto tan festivo y majestuoso, el interior, decorado por algunos de los mejores artesanos rusos de la época, te dejará sin palabras.
La iglesia fue construida sobre el lugar en el que fue asesinado el zar Alejandro II de Rusia. Levantar una iglesia donde ocurrió algún acontecimiento histórico importante, (en ocasiones con tintes trágicos), es una costumbre típicamente rusa.
Durante el clásico paseo por la avenida Nevsky, la principal de San Petersburgo, saldrá a tu encuentro esta impresionante construcción de estilo neoclásico, que se ha convertido en todo un emblema de la ciudad.
Probablemente lo que más llame tu atención de la catedral de Kazán sea la imponente columnata de 96 columnas, pero vale la pena visitar también el interior, decorado con imágenes medievales, suelos de mármol y espectaculares molduras.
La catedral está consagrada a uno de los iconos más venerados de Rusia: la Virgen de Kazán, patrona de los hijos de madres solteras, de las tías, de las niñeras, de los soldados, de los viajeros... ¡Tal vez encuentres en esta larga lista un motivo o dos para acercarte a visitarla!
Durante muchos años los oficios religiosos fueron suspendidos en el lugar, y el edificio fue convertido en museo. Actualmente cumple doble función: religiosa y museística, y es muy frecuentada por los fieles ortodoxos locales a pesar de ser un gran atractivo turístico. Puedes llegar hasta este y otros de los imprescindibles de esta lista con el práctico autobús hop on-hop off de la ciudad.
La forma de esta iglesia, con planta de cruz latina, al comienzo fue resistida por la Iglesia Ortodoxa Rusa, que suele preferir para sus templos la planta en cruz griega. Sin embargo, el emperador Pablo I quería que esta iglesia fuera similar a la Basílica de San Pedro del Vaticano, ¡y finalmente logró su cometido!
El museo Hermitage es una de las mayores pinacotecas y museos de antigüedades del mundo. Para que te des una idea de la cantidad y la magnitud de las obras que verás allí, piensa que el Hermitage expone las colecciones que fueron componiendo los zares rusos a lo largo de varios siglos. Solo Catalina la Grande llegó a reunir más de 50 mil piezas en su colección privada, que fue la más grande de Europa.
El museo está compuesto por un complejo de edificios (¡6 construcciones hacen falta para contener semejante colección!), entre los que destaca el Palacio de Invierno, antigua residencia de los zares. Nombres como los de Rafael Tizziano, Da Vinci, El Greco, Velázquez o Van Dyck resuenan en las galerías de este esplendoroso museo, donde también brillan piezas artísticas y arqueológicas de las antiguas civilizaciones griega, egipcia y romana, entre otras.
Además de deleitarte con las obras de arte y antigüedades, también podrás conocer la forma de vida de la nobleza rusa, a través de mobiliario y ambientación originales. ¡Prepárate para una experiencia estética de otro mundo! Y si quieres llevarla al siguiente nivel, asegúrate de hacer una visita guiada: es la mejor forma de sacar el mayor provecho.
Imponente: así resulta la catedral de San Isaac, construida entre 1818 y 1858 por el arquitecto francés Augusto Monferrand.
No importa en qué momento la visites, la catedral de San Isaac te acompañará durante todo tu viaje a San Petersburgo, ya que el perfil de su inmensa cúpula de 102 metros de altura se divisa desde distintos puntos de la ciudad.
Cuando efectivamente te acerques a ella, quedarás sorprendido por la suntuosidad de sus decoraciones: granito, mármoles de todas partes del mundo, malaquita, lapislázuli… ¡podrás contar más de 40 tipos de minerales distintos si te esfuerzas! Y podrás ver también casi 400 obras de arte entre pinturas, esculturas y mosaicos en su interior.
Puedes apuntarte a este free tour en español por San Petersburgo para conocer más detalles sobre este y otros esenciales de la ciudad.
Los miembros de la comisión que debía elegir el diseño de la catedral criticaron el estilo propuesto por Monferrand, por sus volúmenes simples y líneas rectas. El zar Alejandro I, quien había encargado la obra y adoraba el estilo Imperio de la época Napoleónica, fue quien intervino en favor del joven arquitecto francés y dio el visto bueno a sus planos.
La visita al palacio de Peterhof, ubicado a 29 kilómetros de San Petersburgo, se ha convertido en otro imprescindible de la ciudad. Toma algo de tiempo llegar hasta allí, pero vale la pena el esfuerzo: el conjunto palaciego es tan imponente que está considerado Patrimonio de la Humanidad.
Al igual que la propia San Petersburgo, el palacio de Peterhof nació del deseo de Pedro I de occidentalizar y modernizar a Rusia. Muchos de los elementos de diseño del interior y el exterior del palacio fueron planteados por el propio zar e inspirados por los jardines y palacios que conoció en sus viajes a Europa.
La decoración de los interiores es realmente impresionante, pero una de las cosas que más llama la atención de los visitantes son las fuentes de sus maravillosos jardines.
Las 18 fuentes del palacio no hacen uso de bombas hidráulicas, sino que están alimentadas por un sistema de embalses y canales de más de 20 kilómetros de extensión que utiliza el agua de manantiales naturales.
El Monasterio de Nevsky es casi tan viejo como la ciudad. Fundado en 1710 por Pedro el Grande, fue el primer monasterio de San Petersburgo y llegó a albergar más de 12 iglesias ortodoxas.
La idea de Pedro el Grande era que el lugar cobijara las reliquias de Alejandro Nevski, uno de los santos más importantes de la iglesia ortodoxa. En 1989, sin embargo, los restos fueron trasladados al museo del ateísmo en Nuestra Señora de Kazán.
Hoy en el interior del monasterio hay iglesias barrocas, una catedral de estilo neoclásico y los cementerios de Lázarev y Tijvin, en los que descansan los restos de numerosos personajes destacados de la historia de Rusia. Estas necrópolis están, sin lugar a dudas, entre las atracciones principales del complejo.
En el Monasterio de Nevsky encontrarás colecciones impresionantes de objetos de culto, como iconos con marcos cubiertos de piedras, manuscritos antiguos, crucifijos, materiales preciosos y cuerpos incorruptos de santos.
Desde 1797 el monasterio está considerado una lavra, categoría que comparte con el famoso monasterio de Trinidad y San Sergio, en Sérgiev Posad. La categoría de lavra es la más alta para un monasterio ortodoxo. Hay muy pocas alrededor del mundo y solo cuatro en toda Rusia.
El Palacio de Catalina es otro de los lugares que te transportan automáticamente a la época de los zares con su lujo y esplendor. Se encuentra en la ciudad de Pushkin, a tan solo una hora de viaje del centro de San Petersburgo, y la escapada vale absolutamente la pena. Durante la Segunda Guerra Mundial fue destruido por los nazis y tuvo que ser completamente reconstruido, tarea que se llevó a cabo con gran éxito.
Pisos de madera, tapices, pinturas, porcelanas y un sinnúmero de detalles dorados pueblan el interior del palacio. Son especialmente asombrosas la Sala de la Luz, colmada de espejos y cristales, y la Sala de Ámbar, totalmente reconstruida luego del saqueo por parte del ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial.
Y aunque los interiores son realmente exquisitos, los jardines no se quedan atrás, con su estanque y lago.
Cada una de las salas del palacio guarda interesante información acerca de la historia y la cultura de Rusia, por lo que te recomendamos especialmente visitar el palacio junto a un guía, para no perderte detalle.
Reconstruir la Sala del Ámbar tomó más de 20 años, la participación de artesanos expertos (incluidos algunos alemanes) y ocho toneladas de ámbar (dos más que las que tenía la sala original). Se estima que el costo de semejante obra supera los 11 millones de dólares, lo que convierte a la Sala del Ámbar en una de las más caras del mundo.
Nevsky Prospect es la calle más importante de San Petersburgo. En ella confluyen pasado y presente para ofrecer un resumen perfecto de la esencia local.
La avenida tiene cuatro kilómetros de extensión y a lo largo de ella se ubican algunos de los edificios más importantes de San Petersburgo, como la catedral de Kazán. Pero no todo es historia aquí, claro, y la avenida también está colmada de cafés, restaurantes, tiendas, museos y librerías que no querrás perderte.
En época navideña, frente al monumento a Catalina la Grande se instala un precioso mercado navideño, y durante todo el año no es extraño encontrar artistas callejeros ofreciendo espectáculos de todo tipode todo tipo.
Así que ya sabes, si quieres sumergirte de lleno en el espíritu petersburgués, no tienes más que dar un paseo por Nevsky Prospect (¡ya sea de noche o de día!).
Sí, tal como lo lees, en San Petersburgo visitar el metro es una de las actividades que no puedes dejar de hacer. El metro de la ciudad es una maravilla por distintos motivos, entre ellos:
Este tour por el metro de San Petersburgo te lleva a conocer sus rincones más destacados en compañía de un guía experto. No te lo pierdas, ¡vale la pena!
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