Tour por los jardines de San Petersburgo
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La épica tarea que emprendió Pedro I mostró resultados en poquísimo tiempo. Sobre lo que alguna vez fue un pantano comenzaron a erigirse fortalezas y palacios que aún hoy asombran al mundo.
San Petersburgo está situada en el delta del Río Neva, al noroeste de Rusia. La zona donde fue emplazada, llamada en un tiempo Tierra de Izhora, era, en el siglo VIII, la ruta fluvial entre el Báltico y el Mar Negro. Fue una zona de conflicto entre Rusia y Suecia durante siglos, hasta que en 1617 Suecia, para ese entonces una potencia del norte de Europa, finalmente se apoderó de la zona.
En el año 1700 el zar Pedro I emprendió la llamada Guerra del Norte, que finalizó en 1721, para restituir a Rusia la salida al Báltico. Pedro I se alió con Polonia, Dinamarca y Noruega, que también habían perdido territorio a manos de Suecia.
En el 1703 el zar ruso había logrado recuperar el delta del Neva. Como la guerra contra Suecia aún no había finalizado, decidió consolidar esa conquista construyendo fortificaciones en una zona no sólo desolada, sino fangosa e inundable.
La obsesión de Pedro I por lograr la que llamó "ventana a Europa" dio origen a la primera edificación en el lugar, la Fortaleza de Pedro y Pablo, fundada en mayo de 1703 en la isla Záyachi. Esta fecha se considera la de la fundación de la ciudad, cuyo nombre honra a San Pedro y significa, literalmente, "la ciudad de San Pedro". Ese mismo año se construyó la fortaleza Kronstadt, en la isla Kotlin, para proteger y asegurar la desembocadura del Neva.
El primer revés, provocado por la naturaleza adversa del lugar, sucedió a los tres meses de haberse inaugurado la Fortaleza de Pedro y Pablo, cuando una crecida del río cubrió la isla, arrasó con los materiales de construcción y provocó la muerte de cientos de trabajadores.
Pero Pedro I siguió adelante con su objetivo: asegurar la salida al Báltico para Rusia y consolidar los territorios costeros. Al mismo tiempo que se construían fortalezas en tierra, con madera y piedras traídas de distintas partes del país, en los astilleros del Almirantazgo, creados también en 1703, se construían los buques que se utilizaban en la guerra contra Suecia, que aún continuaba. Muchos monumentos conmemoran las sucesivas victorias navales rusas de este período.
La ciudad que Pedro I quiso construir al estilo de Venecia y Ámsterdam estuvo terminada en 1712, un tiempo verdaderamente extraordinario para las condiciones adversas en que se desarrolló, y pasó a ser capital de Rusia. En 1726 ya era el principal puerto comercial del país.
Tanto durante el reinado de Pedro el Grande como en el siglo siguiente, San Petersburgo consolidó su posición de centro comercial de Rusia pero también de centro cultural y científico. Muchos arquitectos y artistas de toda Europa participaron en la creación y desarrollo de la ciudad y dejaron su sello en monumentos y puentes. Muchos otros vivieron allí o la inmortalizaron en sus obras, como los escritores Pushkin, Dostoievski, Gogol y Nabokov, y los músicos Tchaikovski, Musorgski y Shostakovich.
La primera escuela rusa de ballet se creó en San Petersburgo en 1738. También la primera orquesta filarmónica y el primer conservatorio rusos se fundaron allí. En 1757 se fundó la Academia de Artes Plásticas.
Por la tolerancia religiosa que Pedro el Grande impuso, se levantaron tanto mezquitas como iglesias católicas, mientras que en los alrededores de la ciudad se construyeron imponentes palacios imperiales, como los de Peterhof y Tsarskoye Selo, entre otros, este último obra de la zarina Catalina la Grande, quien llegó al poder en 1762 después de un golpe de estado.
Durante el reinado de Catalina la ciudad floreció y se construyeron jardines, palacios y la primera Biblioteca Pública. Administrativamente, se creó la figura de "Alcalde" en 1766 y en 1774 se creó el primer Concejo Municipal, que luego se transformaría en la Duma.