Marbella

Marbella es una de esas ciudades turísticas que tienen su fama más que merecida: se trata de un rincón mágico de la Costa del Sol donde, gracias al sinfín de cosas que se pueden hacer y ver, dejando de lado el encanto de su arquitectura, miles de turistas van cada año a disfrutar de sus playas, sol, yates, etc.

Se encuentra a tan solo 62,10 km de Málaga centro, por lo que te recomendamos que en tu visita a la capital te escapes un día o dos a conocerla.

Breve historia

Según las teorías e interpretaciones de expertos en arqueología e historia, Marbella fue un asentamiento fenicio, de los muchos que existieron en Málaga, aunque no se ha encontrado nada al respecto. Sí que sabemos con seguridad que fue un núcleo de población romana.

Tras la llegada de los musulmanes, se empezó la construcción de la fortificación de la plaza, un castillo, torres almenadas para proteger la ciudad y lugares significativos como la Alcazaba o la Mezquita. Al parecer, fueron los musulmanes quienes le dieron el nombre de Marbella.

En el año 1485 pasó a manos de la Corona de Castilla, y fue entonces cuando se construyó su hermosa Plaza de los Naranjos.

Aunque hubo una gran crisis agrícola durante el XIX, agravada por plagas, poco a poco fue reflotando, especialmente gracias a ser un gran foco para la inmigración. Además, ya a principios del XX se empiezan a construir hoteles, convirtiéndose en poco tiempo en un referente turístico gracias a sus complejos hoteleros y a sus atractivos culturales y playas.

Qué ver en Marbella

• Casco Antiguo: el casco histórico es encanto, es adentrarse de lleno en un pueblo de pescadores repleto de serpenteantes callejuelas, casas pintorescas y balcones desde donde cuelgan plantas aromáticas.

• Alcazaba: en pleno centro histórico encontrarás la Alcazaba y las murallas, que un día estuvieron jalonadas con 10 torres. Se trata de un edificio importante para entender el pasado árabe de la ciudad.

• Plaza de los Naranjos: es el verdadero corazón de la ciudad, que fue construido durante la época cristiana en 1485. La plaza está llena de vida, bares, restaurantes y colores, y por otro lado, está rodeada de algunas edificaciones importantes, como el Ayuntamiento o la Casa del Corregidor. Es un lugar ideal para comerse unos churros en la famosa Churrería Ramón.

• Playas: ves a sus playas para bucear, tomarte un pescaíto frito en la costa con la brisa del mar, practicar algún deporte, tomar el sol y relajarte. La Playa de Venus es una de las más concurridas y conocidas, pero si lo que quieres es intimidad, ves a la Duna de Artola, donde está la playa de Cabopino, la cual se sitúa en un entorno completamente natural y paradisíaco.

• El Juanar: sorpréndete con el contraste de la playa con la montaña yendo al Juanar, una montaña donde podrás llegar a la cima de la Concha y ver Marbella desde las alturas. Desde ahí, podrás observar su contraste con el azul marino, enmarcando una estampa que te dejará perplejo.