Excursión a Formentor y Puerto Pollensa, con barco y visita a mercadillos
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Debido a la posición estratégica a nivel geográfico que ocupa Mallorca, esta isla siempre ha sido una pieza clave en algunos sucesos muy importantes de la historia de Europa.
Hace más de 10000 años, llegaron a las Baleares los primeros pueblos mesolíticos con naves muy rudimentarias. En Mallorca las primeras huellas datan del 7200 a.C. y en los posteriores siglos la isla estuvo formada por grupos de cazadores recolectores que vivían en cuevas.
No fue hasta el segundo Milenio antes de Cristo cuando llegaron tribus guerreras de Asia Menor, que hoy conocemos como el pueblo talayótico. Los talaiots son edificaciones de piedra circulares cuya arquitectura demuestra que eran poblaciones estratificadas y organizadas.
Son muchos los misterios que giran en torno a la cultura talayótica, y también sobre la función de los talaiots, puesto que no se sabe con seguridad si constituían almacenes, lugares de enterramiento, lugares religiosos o símbolos de poder. Asimismo, desconocemos si tenían lenguaje escrito.
El primer contacto que recibió la isla con el mundo exterior fue tras la llegada de comerciantes griegos y fenicios.
En el año 123 a.C. llegó a Mallorca el cónsul romano Quinto Cecilio Metelo cerca de la Playa de Trenc, y sabiendo que los lugareños podrían hundir sus barcos, inventó el acorazamiento de los navíos. Los isleños huyeron al ver su incapacidad para hundirlos.
Metelo fundó campamentos militares y repobló la isla, y construyó un trazado típico de ciudades romanas, la más importante fue Pol·lèntia, ubicada entre Pollença y Alcúdia. Hoy en día se pueden ver las ruinas romanas como el teatro o algunos templos. Poco a poco, la población indígena adoptó las costumbre y lengua de los romanos.
Años más tarde, en el 466 d.C. aproximadamente, la isla sufrió ataques de vándalos y conquistaron la isla, pero Justiniano recuperó la isla hasta su muerte a finales del siglo VI d.C.
En el año 707 tuvo lugar el primer desembarco musulmán, y en el 903 Mallorca quedó bajo el poder de la dinastía de los omeyas. Durante esta época la isla de Mallorca gozó de una etapa floreciente, época en la cual recibió el nombre de Madina Mayurqa, cuyo centro cultural fue la actual Palma de Mallorca.
Los musulmanes dividieron la isla en un total de 12 distritos e introdujeron avanzados sistemas de regadío, y consiguieron que las Medinas de Mayurqa se convirtieran en las más más agitadas y cosmopolitas de Europa, de hecho, eran medinas como las de Marrakech o Fez, y de aquel laberinto quedan todavía algunas callejuelas.
En el año 1116 hubo diferentes luchas entre facciones musulmanas, las cuales no pasaron desapercibidas por la España cristiana, y bajo el paraguas de la Reconquista, derrotaron a los almohades en la batalla de Navas de Tolosa (1212), hubo entonces un plan para conquistar las Baleares.
Las tropas de la Corona de Aragón de Jaime I el Conquistador llegaron en 1229 y conquistaron definitivamente la isla tras derrotar a Abu Yahya en la batalla de Portopí y tomar la ciudad de Madina Mayurqa en 1230.
Una vez finalizada la conquista, Jaime repartió la isla entre sus aliados, construyó iglesias, cristianizó a la población de la isla y envió gente de Cataluña para repoblarla. Con el tiempo, los repobladores catalanes impusieron su lengua, su tradición y sus costumbres, asimismo, la mayor parte de la población musulmana fue esclavizada.
Tras la muerte de Jaime I, Mallorca fue pasando por diferentes manos hasta que en 1349 pasó a formar parte de la Corona de Aragón. Mallorca tuvo una historia, durante esta etapa, muy similar a la de Barcelona, de hecho, ambas estaban consideradas como dos de las ciudades más prósperas del Mediterráneo.
Aunque más tarde, en 1374 hubo malas cosechas y muchos jornaleros vivieron al borde de la inanición. Por otro lado, el comercio en Mallorca había ido a peor y la isla empezó a sufrir ataques de piratas berberiscos, y de estas épocas datan fiestas tradicionales muy pintorescas como la de los Moros y Cristianos en Pollença y Es Firó en Sóller.
Al igual que el resto de España, Mallorca fue el escenario de la Guerra Civil. El alzamiento contra el gobierno Republicano llevado a cabo por Franco en 1936 no tuvo mucha resistencia en Mallorca: arrestaron al alcalde de izquierdas y tomaron varios puntos estratégicos de la isla sin contratiempos. Las poblaciones de la Part Forana sí que se opusieron y fueron sangrientamente derrotados.
Para más inri, la isla se transformó en la base de operaciones aéreas de Mussolini, aliado dictador de Franco. La isla de Menorca fue la única que se mantuvo fiel a la República durante toda la Guerra Civil.
Desde 1950, Mallorca empezó a convertirse en un destino turístico, se construyeron hoteles en las costas y en las décadas de 1960 y 1970, hubo un despliegue masivo de turismo, que en la actualidad supone el 80% de su economía.
Mallorca promueve en la actualidad un tipo de turismo sostenible, con paisajes únicos y actividades envidiables, que la convierten en la joya que es.
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