Excursión a Formentor y Puerto Pollensa, con barco y visita a mercadillos
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tours en Mallorca desde
Ibiza es una isla ubicada en el mar Mediterráneo que forma parte de las Baleares junto a Mallorca, Menorca y Formentera. Aunque no es una de las más grandes (572 km2), es lo suficientemente grande para albergar auténticas maravillas para el turismo.
Se ubica a 80 km de la península, y sus costas de aguas turquesas, sus acantilados, sus noches de fiesta infinitas, su gastronomía y las magníficas puestas de sol, convierten a este destino en uno de los favoritos para muchos turistas que la visitan año tras año, sabiendo que Ibiza, es siempre una apuesta segura.
Pero su frenesí nocturno de contrapone a la tranquilidad que emanan sus calas y playas, lugares de especial interés para aquellos que decidan plantear el viaje a Ibiza desde el punto de vista de la calma y desconexión absoluta.
La historia nos cuenta que Ibiza estuvo habitada desde la Edad de Bronce, cuando diferentes pueblos de origen ibérico poblaron la isla. Más tarde llegarían los fenicios y los griegos, quienes denominarían a la isla, junto a Formentera, las Islas Pitiusas (que significa lugar donde abundan los pinos en griego).
La isla fue fundada en el año 645 por los cartaginseses bajo el nombre de Ibosim, porque constituía un enclave estratégico para el comercio y como fortaleza estratégica para actividades portuarias.
El Imperio de Roma la introdujo a los cánones de la Hispania en el 70 d.C., hasta que la isla, llamada desde entonces Ebusus, fue atacada por los vándalos y pasó a manos bizantinas en el 554.
Más tarde, y hasta el 1229, Ibiza sería un territorio musulmán y dependía del Califato de Córdoba. Pero no sería hasta el siglo XI y XII cuando alcanzaría su máximo apogeo. Fue en el 1235 fue dominada por la Corona de Aragón, quienes expulsaron o esclavizaron a los musulmanes, y repoblaron la isla con gente de Barcelona o Tarragona.
Ya en el 1522 la isla entraría en un periodo de miseria, principalmente porque los barcos cambiaron sus rutas hacia el Atlántico tras los descubrimientos en América. El empobrecimiento continuó en el siglo XVIII, y las diferencias entre los habitantes de la ciudad y los campesinos causaron serias revueltas.
No fue, realmente, hasta el año 1960 cuando la isla se benefició del turismo, al igual que el resto de las islas Baleares, que se impregnaron de un espíritu hippie que resultaba muy atractivo, así como su ambiente y sus discotecas. Por eso, se transformó en la capital de la fiesta para jóvenes en Europa.
Por otro lado, su clima, sus calas y playas, y la belleza de los paisajes, contribuyó muy positivamente al auge del turismo, y, en consecuencia, de su economía.
Ferry: Existen dos rutas que operan de Mallorca a Ibiza, Transmediterránea y Balearia. El tiempo varía en función de la ruta.
Avión: Es la opción más rápida y cómoda, y llegan aerolíneas de bajo coste, como Vueling o Easyjet.