Excursión a las Cataratas del Niágara
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Cuando Giovanni da Verrazano llegó a las costas de América del Norte, en 1524, el sitio estaba habitado por una tribu llamada Wappinger. Verrazano, navegante italiano, atracó en la zona de lo que hoy se conoce como Bahía de Nueva York y la bautizó Nueva Angulema. No se asentó allí, sino que prosiguió su viaje.
En 1614 comenzó el asentamiento europeo en la región, y fueron los holandeses quienes fundaron una ciudad a la que llamaron Nueva Ámsterdam. Según algunas crónicas, el director de la colonia holandesa, Peter Minuit, compró a la tribu Canarsee la isla Manna-hata o Manahata y la re-bautizó Nieuw Amsterdam.
En 1626 comenzó la construcción del Fuerte Amsterdam, para defender el asentamiento de los ataques tanto de tribus nativas como de los ingleses que intentaban apoderarse del lugar. Muchos esclavos africanos fueron trasladados al lugar para la construcción.
En los enfrentamientos que se sucedieron hasta 1645, cuando se firmó un tratado de paz, muchos nativos murieron.
En 1652 la colonia tenía un gobierno propio, independiente de Holanda. Y en 1653 fue elevada al rango de ciudad.
Los ingleses conquistaron el lugar en 1664 y cambiaron, a su vez, el nombre de la ciudad a Nueva York, en homenaje al Duque de York. En ese momento, la población estaba compuesta por un 40% de esclavos africanos, algunos libertos por los holandeses y que habían adquirido tierras.
En 1673 los holandeses reconquistaron la ciudad por un breve lapso de tiempo y la bautizaron New Orange, aunque en 1674 cedieron completamente la colonia a los ingleses, que volvieron a cambiar el nombre a New York. Algunos sitios, como Harlem y Brooklyn, conservan la raíz de sus nombres holandeses (Haarlem y Breukelen).
Los holandeses abandonaron definitivamente la región en 1667, tras la Segunda Guerra Anglo-Holandesa.
La población nativa disminuyó drásticamente al igual que la cantidad de esclavos. Pero una serie de incendios intencionales ocasionaron las primeras persecuciones contra los habitantes afro-americanos.
Entre 1775 y 1778 se libró la Guerra de Independencia entre Gran Bretaña y Estados Unidos, que finalizó oficialmente en septiembre de 1783 con la firma del Tratado de París. El país comenzó a llamarse, a partir de ese momento, Estados Unidos de América. Los ingleses abandonaron definitivamente la ciudad en noviembre de ese año.
La primera sesión del Congreso se celebró en 1785.
La gran expansión de Nueva York comenzó en 1811, cuando una fuerte inmigración europea se asentó en la ciudad. En 1835 ya era la ciudad más grande de Estados Unidos y en 1898 se dividió en cinco comunas o boroughs, que luego se transformaron en condados, los mismos que existen hoy en día.
Entre 1890 y 1930 se produjo una gran expansión urbanística y comenzó la construcción de los primeros rascacielos. A pesar de la Gran Depresión de 1930, durante esa década se levantaron edificios icónicos como el Chrysler y el Empire State.
Más de 300 grandes empresas tenían su casa central en esa ciudad, que se convirtió en el centro financiero, comercial y cultural de Estados Unidos. La Bolsa de Nueva York era la más importante del país.
La ciudad industrial en que Nueva York se había convertido durante la Segunda Guerra Mundial dejó paso a una ciudad comercial y de servicios. Wall Street volvió a ser un centro financiero mundial.
Cada año casi 50 millones de personas visitan Nueva York, entre turismo nacional y extranjero, en todas las épocas del año, para conocer sus rascacielos y monumentos, disfrutar de sus museos y espectáculos en Broadway y sentirse parte, aunque sea por unos días, de la Gran Manzana.
Si quieres descubrir cada detalle acerca de los edificios y rincones que dejaron su marca en la ciudad, nada mejor que descubrirlos junto a un guía experto. Aquí te dejamos nuestros tours favoritos para descubrir la historia y la cultura de NY con tus propios ojos:
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