Excursión al monasterio de Montserrat con tren cremallera
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27,58 US$
El Parque Güell de Antoni Gaudí aúna en perfecta armonía naturaleza y arquitectura. Fue pensado originalmente como un proyecto de urbanización en un parque de 18 hectáreas, aunque solo se construyeron 2 de las 40 casas planeadas, una de las cuales fue habitada por Gaudí y hoy en día es la Casa-Museo del artista.
Todo en este parque tiene el sello de Gaudí, desde la escalinata de acceso, hasta la plaza del teatro griego sostenida por 86 columnas. En verdad, absolutamente todo en este espacio es digno de un cuento de fantasía, y visitarlo es un deber si realmente quieres conocer la obra del famoso arquitecto catalán.
El Parque Güell está construido sobre una colina, la Montaña Pelada. Eusebi Güell compró allí en 1899 dos fincas contiguas, Can Muntaner de Dalt y Can Coll i Pujol, con la finalidad de construir una ciudad-jardín. El proyecto fue encargado a Gaudí, quien lo concibió como una obra con sentido religioso, y como un símbolo de elevación espiritual, materializado en el camino que ascendía hasta la cima de la colina, que se encuentra a casi 200 metros sobre el nivel del mar. Ahí arriba se construyó el Calvario de tres cruces, una construcción de base circular, realizada en piedra.
La construcción del Park Güell comenzó en el 1900 con un parque organizado alrededor de una plaza central. Toda la superficie del parque se encontraba surcada por senderos que llevaban a distintos sectores, donde se levantarían las edificaciones. Para 1914, Güell solo había conseguido vender 3 parcelas y el proyecto se detuvo.
Las estructuras del Parque Güell que quedaron finalizadas fueron las siguientes:
En 1922 fue abierto al público como parque, y en 1984 fue declarado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El Parque Güell es mucho más que un espacio arquitectónico: sus formas onduladas, sus columnas que parecen árboles, las figuras y esculturas de animales, la contraposición entre figuras geométricas y figuras sinuosas, y sus mosaicos con trozos de cerámica policromados, toda esta ornamentación lo convierte en una impresionante creación inspirada en la naturaleza, pero con destellos de imaginación donde la rigidez no tiene cabida. Todo en el Parque Güell es poesía y naturaleza hecha arquitectura, un tipo de esquema arquitectónico que también podemos apreciar en la Sagrada Familia.
Por otro lado, es también un espacio religioso. Gaudí aprovechó el desnivel de 60 metros para construir un camino espiritual que te llevaba a una capilla, aunque finalmente fue sustituida por el famoso Monumento al Calvario. Desde la parte más alta del Parque, es desde donde se obtienen las mejores vistas panorámicas de la ciudad: la magia, color y dinamismo del lugar se contraponen a las estructuras geométricas de la ciudad, y al fondo, el azul del mar.
Al ser una de las atracciones turísticas más concurridas de Barcelona, y a la par más complejas de entender, te recomendamos que contrates un tour especializado en la obra de Gaudí, para que un experto te explique al detalle todos los secretos y simbología del Parque Güell. Esta opción te permitirá ahorrar tiempo de colas y profundizar en los aspectos más interesantes del Parque.
Si tienes pensado visitar el otro icono de Gaudí en Barcelona, la Sagrada Familia, puedes hacerlo con esta conveniente oferta que combina las entradas a los dos monumentos.
Por último, si eres un verdadero apasionado de Gaudí, también puedes hacer un recorrido profundo por su obra en Barcelona y conocer lugares como el Paseo de Gracia, donde se encuentra la famosa Casa Batlló y La Pedrera.
De lunes a domingo de 8:00 a 20:30 h, aunque puede variar dependiendo de la época del año.
Entrada general: 7,50 €
Niños de 7 a 12 años y discapacitados: 5,25 €
Niños menores de 6 años: gratuita
Carrer d'Olot, 3.
Metro: Lesspes o Vallcarca, línea L3.
Autobús: líneas H6, 32, 24 y 92.
Autobús turístico línea roja.