
Excursión al monasterio de Montserrat con tren cremallera
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La gastronomía catalana es sencilla, aboga por productos mediterráneos y a menudo las recetas son simples, pero se caracterizan por la intensidad de sus sabores. Si eres un viajero gourmet, puedes llevar tu recorrido por Barcelona a otro nivel sumando experiencias culinarias de lujo. A continuación te presentamos algunas de las mejores propuestas de actividades para amantes del buen comer y beber y los platos típicos de la cocina catalana. ¡Buen provecho!
Una verdadera fiesta para los sentidos: música, baile y los mejores platos de la cocina española preparados por un equipo de chefs y especialistas de primera línea. Podrás ver y disfrutar lo mejor de la escena flamenca local y elegir entre 32 platos diferentes.
Aprovecha tu estadía en Barcelona para conocer la tradicional bodega Llopart, con más de un siglo de antigüedad. Verás sus vides, el proceso de elaboración en la cava y también la forma de elaboración del aceite de oliva. La cata incluye vinos, embutidos, quesos y pan artesano.
Parece mentira que algo tan sencillo pueda resultar tan delicioso. El pan con tomate es uno de los aperitivos por excelencia en Cataluña, y consiste, básicamente, en una rebanada de pan, normalmente tostado, con tomate untado, una pizca de sal y un chorrito de aceite. Pídelo en cualquier bar o restaurante y acompáñalo de algún embutido, como el fuet, la butifarra catalana, jamón ibérico o, simplemente, unta la rebanada con un poquito de ajo.
Ves a comer pan con tomate a la Bodegueta del Poble Sec (Carrer de Blai 47). Acompaña este fabuloso manjar con un buen vino, y disfruta.
La butifarra es un tipo de salchichas elaborada en Cataluña, compuesto por carne picada de cerdo condimentada con sal, pimienta y en ocasiones otras especias. Las butifarras se suelen acompañar de judías blancas. Este binomio se considera característico de la cocina catalana, y la verdad que la combinación de ambos productos, es deliciosa. Las alubias se cocinan en agua hirviendo, posteriormente se vierten en una sartén y se mezclan con la grasa de las butifarras que se han cocinado anteriormente.
Un buen lugar para degustar este plato típico catalán, es la Taverna La Llesca ubicada en Travessera de Gràcia 86.
Este es un plato de temporada que abarca los meses de invierno y el inicio de primavera. Durante estas fechas, es muy común que los catalanes hagan barbacoas los fines de semana para cocinar calçots, que son cebollas tiernas asadas hasta que la piel se ennegrece. Para comerlo, se quita la piel con los dedos y la cebolla tierna se moja en una deliciosa salsa romesco, hecha a base de ñoras, tomate, ajos, almendras, pan tostado, aceite, vinagre, pimentón dulce, guindilla y sal.
Los calçots saben mucho mejor en masías-restaurante, que son un tipo de construcción rural, normalmente alejadas de la ciudad. Este tipo de casas, en muchas ocasiones, han sido convertidas en restaurantes, y a menudo es donde mejor se conserva y se transmite el gusto por la tradición gastronómica catalana. Si vas a Barcelona, quieres probar los calçots en una masía, y puedes desplazarte con vehículo propio, te recomendamos que vayas a comer calçots a una de estas masías:
Aunque también puedes encontrar algunos restaurantes en la ciudad donde hacen calçots:
Se trata de un delicioso plato elaborado a base de pimientos rojos, berenjena, cebolla y, a veces, patatas cocidas a la brasa, aunque también pueden hacerse al horno. Una vez cocinadas, se les quita la piel y se sirven juntas sobre una rebanada de pan. Tan sencillo y tan exquisito.
Es fácil encontrar restaurantes donde se sirva la escalivada como entrante o como tapa. Nosotros te recomendamos que pruebes esta receta de la abuela en Casa Agustí, en c/ de Bergara, 5.
Se trata de uno de los platos más tradicionales de Cataluña, y consiste en unos filetes de carne de ternera muy finos que se acompañan de setas típicas de la zona y de temporada, como los moxierons, camasecs, rovellons o gírgoles. La salsa se suele elaborar a base de tomates maduros, cebolla, piñones, ajo y un poco de vino blanco.
Es un plato de cuchara que se suele consumir en Navidad, aunque los catalanes la cocinan durante todo el invierno. Consiste en un caldo de pollo y verduras con pasta de galets, y bolas de carne, llamadas pilota. Esta albóndiga se hace con carne picada, tocino, huevo batido, migas de pan, ajo y perejil. A menudo, se le echan también garbanzos al caldo. El resultado es increíble y un deber si vas a visitar Barcelona en invierno.
Es muy similar a la Creme Brulè francesa, y está elaborada a base de leche, huevo, azúcar, hasta crear un tipo de crema pastelera muy espesa. Finalmente, se presenta sobre una pequeña cazuela de barro y se espolvorea azúcar en la superficie, la cual se quema para crear una capa dura de caramelo.
Sin duda, uno de los mejores lugares para degustar este excelente y dulce postre es en la Granja M. Viader, fundada en 1870. Desde entonces, sirven desayunos con dulces típicos catalanes.
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