Fundación Joan Miró

Si en tu visita a Barcelona quieres conocer la obra del pintor catalán Joan Miró, no puedes perderte la Fundación Joan Miró, un museo donde encontrarás algunas de las obras más representativas e importantes del pintor, entre las más de 14.000 piezas que hay.

La Fundación se encuentra ubicada en la Montaña de Montjuic, en un hermoso edificio de estilo mediterráneo, obra del arquitecto Josep Lluís Sert, y fue inaugurada en 1975, aunque no se abrió hasta el año 1976, fecha en la que el propio Miró donó muchas obras.

Colección de la Fundación

La colección de la pinacoteca te permitirá viajar en la trayectoria artística de Joan Miró desde sus primeros esbozos hasta los cuadros más esplendorosos del movimiento surrealista.

La exposición permanente está organizada en un total de 9 espacios en los que destacan las pinturas, las cerámicas, los tapices o las esculturas.

Las diferentes técnicas empleadas por el artista a lo largo de su trayectoria profesional permiten apreciar la versatilidad de uno de los más grandes representantes del surrealismo del siglo XX. Te perderás entre líneas, formas y colores.

Es la colección pública más completa del mundo de este artista, formada con obras donadas por él mismo, su esposa y diversos coleccionistas particulares. Toda la obra gráfica de Miró se encuentra en este museo, como así también cerámicas, esculturas, dibujos, pinturas y obras textiles. Pero en ella también podrás ver pinturas de Matisse de Manuel de la Muga o Lluís Sert.

Obras destacadas

Algunas de las obras destacadas de la fundación son las siguientes:

• Ermita de Sant Joan d’Horta: un óleo sobre tela de 1917 que denota ciertas semejanzas con el estilo fauve. Miró interpreta el concepto del paisaje y sustituye los colores realistas por otros más vivos, con pinceladas ásperas y tonos más apagados.
   
• Retrato de una niña: es un óleo sobre papel de 1919 en el que aparece representada una niña de una forma muy naturalista, pero a su vez, mezcla los estilos de maestros medievales con la delicadeza de las formas orientales. Es una maravilla.
   
• Mont-Roig, la iglesia y el pueblo: cuando estés delante de este óleo sobre lienzo de 1919, te perderás en los detalles y colores de su composición, en la cual el autor crea un universo pequeño perfecto donde se representa la naturaleza catalana.
   
• El acomodador del Music Hall: este óleo sobre tela de 1925 representa a la perfección el tipo de cuadros como ‘pinturas de ensoñación’.
   
• La estrella matinal: se trata de una de las obras más características de Miró, un gouache de 1940 que creó cuando se trasladó a Normandía. Miró quiso alejarse de la realidad y acercarse a la introspección, retirándose del mundanal ruido y contemplando el cielo y la noche. Esta obra parece querer representar el orden del cosmos, mediante figuras que representan a la tierra, y otras que representan múltiples signos celestes.