Templo de Confucio

El templo de Confucio de Pekín es el segundo más grande del país dedicado a este filósofo y pensador antiguo. Resulta particularmente interesante porque recién está ingresando en el circuito tradicional del turismo y la visita suele ser muy apacible y tranquila.

Tesoros escondidos

El templo consiste en una serie de jardines y construcciones. Tiene dos grandes puertas y pabellones, además de la construcción principal. Lo más destacado de todo el conjunto no es su arquitectura, sino los muchos pequeños tesoros que guarda. Dispersos en los jardines y los pabellones encontrarás una serie de objetos y documentos de gran valor, como tallas, grabados en piedra e instrumentos musicales tradicionales.

Árboles antiguos

Uno de los detalles más bonitos del templo son sus viejos árboles. Hay grandes ejemplares de muchos años de antigüedad. Entre ellos, un ciprés llamado Chujianbai. Cuenta la leyenda que este árbol era capaz de distinguir entre el bien y el mal. Cierto día, cuando pasaba por allí un oficial de muy mala reputación, el árbol utilizó sus ramas para quitarle el sombrero y arrojarlo al suelo. Este árbol en particula,r es solo uno de los varios árboles majestuosos que hunden sus raíces en los terrenos del templo.

¿Qué esperar de la visita?

El templo de Confucio es un lugar para disfrutar de los pequeños detalles sin grandilocuencias. Se encuentra junto al Templo de los Lamas, mucho más grande y concurrido, por lo que resulta un complemento perfecto para esa visita. Si estás interesado en descubrir las pequeñas joyas ocultas de tus destinos vacaciones, te encantará el paseo. Si solo buscas conocer las principales atracciones, puedes pasarlo por alto y dirigirte al Templo del Cielo.