Visita guiada por Alfama y Castillo de San Jorge
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tours en Lisboa desde
Después de la reconstrucción realizada por el Marqués de Pombal, Lisboa volvió a caer durante el reinado de María I, lo que condujo a una guerra civil y, más tarde ,a la Revolución.
Bajo el reinado de Felipe IV de España Portugal quedó anexada el Reino de España en 1621. Lisboa, arruinada económicamente y devastada por terremotos y enfermedades, pasó a ser una ciudad más dentro de España. Las únicas construcciones nuevas fueron defensivas, para protegerse de los piratas ingleses y holandeses.
Una conspiración de mercaderes en el 1640 nombró a Juan IV, Duque de Braganza, como rey de Portugal, separando a este país de la anterior unión dinástica con España con Felipe IV como rey.
En esta época se construían principalmente conventos. Otras obras de esta época fueron el Palacio de Mafra y el Acueducto de las Aguas Libres.
La nueva Lisboa, en la que las órdenes religiosas eran poderosas, vivía del oro que llegaba desde Brasil, pero no había trabajo genuino más allá de las faraónicas obras públicas y/o religiosas. Las diferencias sociales aumentaban cada día.
En octubre de 1755 ocurrió el Gran Terremoto, seguido por un tsunami, que dejó una ciudad en ruinas. Sólo sobrevivieron Alfama y el Barrio Alto.
El Marqués de Pombal, Ministro de Guerra, fue el encargado de restaurar las instituciones y la economía de una Lisboa arrasada. Limitó el poder de la iglesia, expulsando a los jesuitas; suprimió la Inquisición, eliminó las limitaciones legales de los judíos conversos, aplastó todos los intentos de conspiración que surgieron en los años siguientes al terremoto, realizó una profunda reforma educativa y construyó nuevas fábricas para impulsar la industria. También ordenó reconstruir la ciudad según modernos diseños de urbanización y con un innovador sistema constructivo, antisísmico.
A la muerte del rey, su sucesora María I destituyó a Pombal y frenó parte de las reformas que se venían realizando. La economía, que había empezado a mejorar, volvió a deteriorarse. Para lidiar con los desórdenes sociales cada vez más frecuentes se creó la policía, y comenzó una era de persecuciones, cárcel, absoluto control policial y censura de todas las actividades artísticas.
Cuando Napoleón Bonaparte quiso imponer en Europa el bloqueo comercial al Reino Unido, Portugal se negó a adoptar la medida. El emperador envió entonces un ejército conquistador al mando de Jean Andoche Junot, quien entró en Lisboa en noviembre de 1807.
La familia real había huido a Brasil y Junot no encontró resistencia de la población. Sin embargo, las intenciones francesas de dividir Portugal no fueron aceptadas y los portugueses pidieron ayuda al Reino Unido, que expulsó a los franceses en 1808. En agradecimiento, el rey Juan VI, aún en Brasil, dejó el control del país en manos de los ingleses, convirtiéndolo virtualmente en una colonia.
En 1820 se produjo la Revolución Liberal de Oporto por la cual se expulsaba a los ingleses, se restauraba el comercio con Brasil (en manos inglesas hasta ese momento), se establecía una Constitución y se exigía el retorno de la Corte a territorio portugués.