Excursión a Capri y Anacapri con almuerzo
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tours en Nápoles desde
Junto al Castel Nuovo y el Castel Sant'Elmo es uno de los más importantes de la ciudad. El Castillo del Huevo se destaca entre todos los castillos de Nápoles porque es el más antiguo y uno de los más visitados de la ciudad. Aunque su interior se encuentra en verdad casi completamente vacío, las impresionantes vistas de la bahía de Nápoles justifican 100% la visita.
El castillo está rodeado de un halo de magia y misterio desde tiempos remotos. Para empezar, se ubica en el islote de Megaride, donde se dice que fue enterrado el cuerpo de Parténope, la sirena enamorada de Ulises.
Por otra parte, el nombre del castillo se debe a una curiosa leyenda. Se dice que Virgilio, que fue habitante de Nápoles durante un largo tiempo, habría escondido un huevo mágico en los cimientos del castillo. Sin él, la fortaleza sería destruida y la ciudad quedaría a merced de grandes catástrofes.
En 1370 el castillo sufrió severos daños durante una fuerte marea y se creyó que el huevo mágico se había perdido y que la ciudad entera de Nápoles se encontraba en peligro. La propia reina Giovanna I tuvo que salir entonces a tranquilizar a la población asegurando que el huevo mágico había sido reemplazado.
La historia del Castillo del Huevo es larga y compleja. Comienza cuando a la isla de Megaride llegaron los griegos en el siglo VII a. C. Posteriormente, el islote fue conectado con el continente y Lucio Licinio Lucullo construyó en el lugar una hermosa y elegante villa que probablemente se extendía hasta la actual Plaza del Municipio. La Villa Licilio Lucullo fue famosa por su biblioteca y las granjas de morenas y melocotoneros, traídos de Persia.
A mediados del siglo V la villa fue fortificada por los romanos y hay quienes aseguran que en su cárcel fue encerrado Rómulo Augusto, último emperador de Roma.
Durante la Edad Media el lugar fue sede de monjes basilianos, sin embargo, el convento fue arrasado por los duques de Nápoles en el siglo X para evitar que los sarracenos lo fortificaran.
Ya en el año 1128 se vuelve a hablar de una fortificación en Megaride, y se sabe que en 1140 Ruggiero il Normanno hizo del castillo su sede. A partir de ese momento, el castillo pasó por distintas etapas en las que fue tanto residencia real y sede del tesoro como cárcel y fuerte defensivo.
El Castillo del Huevo obtuvo su forma actual en el siglo XVI, después de que Fernando el Católico derribara lo que quedaba de las viejas torres y remodelara nuevamente el edificio.
Hoy es sede de un organismo estatal cultural perteneciente a la Región de Campania y ofrece sus amplias y despojadas salas para eventos privados.
En el interior las salas están vacías y preparadas para servir como espacios para eventos, por lo que no hay mucho para explorar. En algunas épocas hay exposiciones temporarias en ellas.
Lo mejor que tiene el Castillo del Huevo para ofrecer se encuentra sin duda en el exterior. Hay cuatro espacios principales para descubrir:
La entrada al castillo es gratuita y para llegar hasta la terraza hay un ascensor, por lo que no tienes excusa para perderte una de las mejores vistas de Nápoles. Si estás buscando un lugar perfecto para ver el atardecer, tenlo en cuenta.
Todos los días de 09:00 a 18:30 h excepto los domingos, que cierra a las 14:00 h.
Gratis
Via El Dorado 3
Metro línea 1 estación Toledo y caminata de 750 metros.
Autobús: líneas 140, 154 y C25.