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Ubicado en el noroeste de Ibiza, a menos de 10 km de San Antonio, Santa Inés es un tranquilo paraje rural, perfecto para conocer la cara menos turística de Ibiza. Su nombre oficial es Santa Agnès de Corona, y con ese nombre lo verás en las señales viales.
Con sus casas añejas diseminadas por la llanura y un pequeño centro en el que se acomodan una iglesia, un supermercado y algunos bares y restaurantes, Santa Inés encarna la imagen perfecta del pueblo rural ibicenco.
Las tierras de cultivo salpicadas de naranjos y limoneros son uno de los mayores atractivos del lugar. Dar una vuelta por las tierras cultivadas, con sus grandes extensiones de verde, es uno de los mejores planes para hacer en Santa Inés.
De hecho, las grandes estrellas locales son los almendros. En el mes de febrero, cuando los almendros están en flor, toda la zona de cultivos queda cubierta por un blanco manto de pétalos. El espectáculo es tan bello que vecinos de todo alrededor se acercan para disfrutarlo. Incluso algunos artistas acuden con sus lienzos para inmortalizar la escena, y los locales organizan paseos y recorridos por las plantaciones.
La iglesia de Santa Agnes es otro de los lugares más característicos del pueblo. Se trata de un edificio de paredes encaladas inaugurado en 1812. En su interior guarda una bonita talla de Nuestra Señora del Rosario.
Y si te gustan las estampas de otros tiempos, también es buena idea acercarte al Pou des Pla de Corona, uno de los pozos mejor conservados del pueblo.
Santa Inés también es famoso por un espectacular mirador que se encuentra a solo 2 kilómetros de distancia de la plaza principal. Para muchos es uno de los mejores miradores de Ibiza.
Se trata de un precioso acantilado en medio de un bosque de pinos que tiene una de las vistas más bonitas de las Baleares, con los islotes de Ses Margalides que se recortan en el intenso azul del mar.
Justo en ese punto encontrarás un restaurante con una maravillosa terraza bajo la sombra de los árboles y un salón acristalado desde donde disfrutar las vistas incluso en invierno. ¡100% recomendable!
El punto donde se encuentra este espectacular mirador era conocido por los ibicencos como Sa Penya Esbarrata. En los años 60, cuando la comunidad hippie se instaló en la isla, muchos tenían la costumbre de observar desde allí el atardecer, y en esa época el lugar empezó a conocerse como Las Puertas del Cielo.
Además de disfrutar de paisajes rurales y espléndidas vistas, también puedes saborear la cocina ibicenca en alguno de sus dos bares: Can Cosmi y La Palmera.
El primero es famosísimo por sus tortillas. Tanto, que muchos habitués de la isla regresan cada año a disfrutarlas. El precio no será un problema: una tortilla de patatas para dos, con ensalada fresca, 21 €. Y los amantes de las hierbas ibicencas podrán probar en Can Cosmi una deliciosa versión de elixir casero.
La Palmera, por su parte, tiene una variedad de platos más grandes y se especializa en arroces. Te recomendamos probarlos en su bonita terraza exterior, donde reina un ambiente de relajación total.
Sin duda el mejor momento para visitar este pueblo de postal es durante los meses de enero y febrero, cuando sus almendros estallan en flor.
Y si quieres ver el pueblo en su máximo esplendor, te recomendamos visitarlo para el 21 de enero, día de las fiestas patronales de Santa Inés. Podrás ver exhibiciones de baile payés y aprovechar para sumarte en alguno de los recorridos que los locales organizan por la zona de plantación de almendros.
Autobús: Línea 25B, desde San Antonio.
Coche: 22 km desde Ibiza; 9,6 km desde San Antonio.
