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El Hospital de los Reyes Católicos es uno de los edificios más bonitos y llamativos de Santiago de Compostela, y está entre los imprescindibles de la ciudad. Fue construido por orden de los Reyes Católicos después de que hicieran una visita a la ciudad y observaran la necesidad que tenían los peregrinos de contar con un lugar donde se los atendiera después de la larga travesía del Camino. Hoy es un precioso hotel incluido en la red de Paradores Nacionales de Turismo que definitivamente no puedes dejar de conocer.
Los Reyes Católicos visitaron Santiago de Compostela en 1486 para implorar la ayuda del Apóstol en la campaña de Granada. Se comprometieron en ese momento a construir un hospital que sirviera de albergue a los peregrinos. En 1501, casi una década después de haber conquistado finalmente el Reino de Granada, los reyes cumplieron su palabra y comenzaron las obras de construcción bajo las órdenes del arquitecto real Enrique Egas.
El edificio estuvo terminado casi por completo en 10 años, aunque la fachada, de estilo gótico plateresco, fue realizada un tiempo después, en 1519, por dos maestros franceses. El frente del edificio está ricamente decorado con imágenes que representan la función del edificio, que no era solo curar el cuerpo, sino también elevar a las almas.
Más allá de su fachada, el estilo del edificio en general se aleja mucho del que solían tener los hostales de la Edad Media. Y es que, para diseñar el Hostal dos Reyes Católicos, Egas se inspiró en el desarrollo que tuvo la arquitectura hospitalaria durante el siglo XV en Italia y sentó precedentes para los hospitales de toda la península ibérica.
El Hostal dos Reyes es uno de los edificios más destacados de Santiago de Compostela y casi que compite con la Catedral en belleza e importancia. De hecho, el edificio fue concebido en su momento como un símbolo del poder real en una ciudad controlada por el arzobispado.
Aunque en sus comienzos estuvo pensado para atender solo a los peregrinos, pronto empezó a cumplir más funciones, como atender a otros enfermos y acoger a niños desamparados. Con el correr del tiempo, las funciones de alojamiento y hospital fueron ganando alternativamente mayor importancia, hasta que, en 1954, el hospital pasa a ser hostal y, en la década de 1960, ingresa en la Red de Paradores Nacionales y se convierte en un alojamiento de lujo.
La Capilla Real es uno de los rincones más interesantes del Hostal. Se levanta en el centro del edificio, y tiene un precioso estilo gótico. Por su ubicación central, en la época en que funcionaba como hospital, los enfermos podían escuchar misa sin levantarse de la cama.
Lo que más sorprende de la capilla es el crucero. Sus pilares tienen un gran conjunto escultórico, que fue durante mucho tiempo el más destacado de toda Galicia.
Otra de las joyas de la capilla, que en su totalidad está considerada Monumento Nacional, es una antiquísima reja toledana, forjada en 1508 por el eximio herrero Juan Francés.
Como el edificio funciona hoy como un hotel, son pocos los lugares a los que puedes acceder por libre. Si te hospedas en el hotel podrás tener acceso a cada rincón, pero esa no es la única forma. También puedes contratar un tour que te lleve a conocer los rincones más espléndidos del hostal, como la Capilla Real, las escaleras de Belén y los claustros. Un guía especializado te acompañará durante todo el trayecto y te explicará con lujo de detalles todo lo que necesitas saber sobre la historia y la arquitectura del lugar.
Entre noviembre y mayo se puede visitar por libre los patios y la capilla.
Resto del año, acceso solo con guía.
Lunes a viernes y domingos de 12:00 a 14:00 h y de 16:00 a 18:00 h.
Entrada general: 3 €
Praza do Obradoiro 1
Autobús P8
