Monasterio de San Martín Pinario

Está ubicado muy cerca de la Catedral, frente a su fachada norte. Tiene una larga historia y hoy es una de las visitas esenciales en Santiago, tanto por su bella arquitectura como por su historia. Cuenta con un museo de arte sacro, esculturas, manuscritos y una increíble colección de orfebrería.

Breve historia del Monasterio de San Martín Pinario

El monasterio fue fundado en el siglo X por los benedictinos, que se instalaron en el lugar poco tiempo después de que se descubriera el sepulcro de Santiago.

En un comienzo se levantaba allí un pequeño oratorio, que fue demolido a finales del siglo IX y del que solo se conserva la capilla, que pasó a formar parte de la Catedral. El oratorio se convirtió más tarde, en el siglo XII, en un monasterio que fue creciendo hasta llegar a ser, en el siglo XV, el monasterio más importante de Galicia.

Hoy el Monasterio es sede del Seminario Mayor, del Instituto Teológico y de la Facultad de Trabajo Social. En él se realizan diferentes eventos culturales y exposiciones y también funciona una hospedería con un excelente restaurante.

Arquitectura

Junto con la catedral, el monasterio de San Martín Pinario es uno de los monumentos más importantes del barroco gallego. Además, es el segundo monasterio más grande de España, después del de El Escorial.

El primer arquitecto en trabajar sobre el diseño fue el portugués Mateo López, pero a lo largo del tiempo fueron muchos los arquitectos que dejaron su sello en el edificio, como Fray Gabriel de Casas, que hizo importantes aportes en la fachada, los claustros y el campanario. Llaman especialmente la atención las esculturas que decoran la fachada y la preciosa escalera de acceso a la puerta, inspirada en la de la Catedral.

La iglesia, punto de partida inicial a partir del cual se expandió el resto del monasterio, tiene impresionantes detalles, como los tres espectaculares retablos. La sillería de madera de nogal del coro es una de las más importantes de Galicia.

Visita

El monasterio ofrece la posibilidad de hacer una visita guiada que vale mucho la pena. Los guías son súper profesionales y te muestran cada detalle del edificio, acompañado por su historia y anécdotas que aportan mucho color al recorrido. La visita al monasterio se amplió hace unos años para incluir nuevos sectores del edificio, y hoy incluye el acceso a los claustros, y las caballerizas.

En el interior se puede visitar también el museo de arte sacro, que es una verdadera maravilla. Tiene 12 salas en las que se pueden ver esculturas, pinturas, tejidos, restos arqueológicos y obras de orfebrería, además de dos boticas y gabinetes de físico-química.