Excursión al Puente colgante de Capilano y Montaña Grouse
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Que Vancouver encabece la lista de uno de los mejores lugares para vivir no es ninguna casualidad. Pocas ciudades en el mundo pueden presumir de tener una metrópoli multicultural, con una oferta de ocio variada, montañas y playas abrazándola y un parque a pocas manzanas de sus altos y fascinantes rascacielos acristalados.
Es precisamente el equilibrio entre modernidad y naturaleza lo que define la personalidad de esta ciudad canadiense. La imagen resultante es la de una ciudad sostenible, repleta de aire puro y verde, muy verde. En esta lista de imprescindibles te demostramos por qué Vancouver es una de las mejores ciudades para visitar, pero no olvides echar un vistazo a nuestra sección con los mejores planes e ideas para hacer en la ciudad.
Hay un barrio en Vancouver que llama especialmente la atención de los viajeros: el Gastown. Esta área de la ciudad es conocida por sus bares, restaurantes, tiendas de artesanías y su estilo europeo.
El origen de su nombre no tiene nada que ver con el gas. Debe su nombre a Jack Deighton, un propietario de muchos bares que se apodaba Gassy. Cuando llegó a esta zona, no había nada. Construyó el primer bar y poco a poco fue conformando lo que ahora es el centro de Vancouver. Podrás encontrar su estatua en la plaza Maple Tree Square, donde abrió su primer bar.
No te pierdas el reloj de vapor del Gastown, es la atracción favorita de muchos viajeros porque suelta vapor cada 15 minutos. Además, Water Street, que es donde se ubica el reloj, con sus flores colgando de las farolas, su calzada adoquinada, sus artistas callejeros y su tenue iluminación, es uno de los lugares más interesantes del barrio.
¿Has visto alguna vez algún mapache en libertad? Si vas al Stanley Park a hacer el picnic, lo más probable es que los veas merodeando, eso sí, si se te acercan, no será porque les hayas caído bien, lo que probablemente quieran es robarte el bocadillo.
Este enorme parque que rodea el norte de Vancouver es incluso más grande que el Central Park de Nueva York y se ha convertido en los pulmones de la ciudad y en un lugar de recreo y desconexión para todos aquellos locales y viajeros que buscan alejarse de las luces de neón, los cláxones y el desenfreno de la urbe.
El Stanley Park es un escenario ideal para realizar actividades al aire libre, especialmente en verano: alquila una bicicleta y bordéalo, ve a ver una película al aire libre, visita su teatro, toma fotos de los tótems indígenas, súbete a su mini-tren y visita sus lagos llenos de flora y fauna, quizás tienes suerte y ves algún colibrí.
¿Buscas un plan romántico? Vancouver es una ciudad abierta al mar, esto significa que también es un escenario ideal para ver atardeceres maravillosos, especialmente durante los días más soleados de verano.
English Bay, la famosa bahía donde se encuentran algunas de las playas de la ciudad, es el mejor destino para despedirse del sol. En ellas encontrarás troncos en los que sentarte y disfrutar del espectáculo, aunque nuestra recomendación es que vayas antes y juegues a vóley, tomes un té frío en alguna cafetería, y te acerques a ver alguna de las esculturas de la Biennale, como el “A-maze-ing Laughter”: un conjunto de estatuas de bronce que se muestran sonrientes y con posiciones muy divertidas.
Otra de las esculturas de la Biennale ubicadas en el English Bay es “Engagement”, concretamente en Sunset Beach: son dos anillos enormes cuyas joyas se iluminan de noche. Un buen lugar para ir en pareja y tomarse unas fotos.
El Science World es un museo fantástico para pasar una mañana entretenidos, especialmente si viajas a la ciudad con niños. Aquí encontrarás un sinfín de módulos interactivos que hablan sobre el fascinante mundo de la ciencia, y el famoso teatro OMNIMAX, que es el planetario con la pantalla abovedada más grande del mundo.
En su interior hay exposiciones permanentes y temporales que abordan temas varios, muchos de ellos relacionados con la biosfera.
Bordea la calle por Quebec St, desde aquí se obtienen unas vistas muy bonitas al museo, con su particular planetario, y de fondo, los rascacielos acristalados de Vancouver. En esta misma calle, a la altura de Milross Avenue, se encuentra en Trans Am Totem, una escultura de la Biennale hecha con coches apilados sobre un tronco que es muy particular.
Una de las mejores cosas que puedes hacer en Vancouver es entrar en sus mercados. Nosotros te recomendamos que optes por el Granville Island Public, ubicado en la isla que le da nombre y al cual se puede acceder cruzando el puente de Granville, desde donde se obtienen unas vistas muy particulares a la bahía.
Cuando entres, simplemente, déjate seducir por sus productos y compra, come, olfatea y da rienda suelta a tus sentidos. Si vas con niños, ve al Kids Market, un lugar que se encuentra en el mercado y es un auténtico paraíso de juguetes.
El Chinatown de Vancouver es un barrio conocido por su gran oferta gastronómica, sus supermercados, panaderías y restaurantes asiáticos completamente originales. Imagínatelo: puestos de comida por todos lados, con productos frescos que no has visto en la vida, y restaurantes ofreciendo sus mejores platos a precios muy atractivos. ¡Esto es Chinatown! Bullicio, vapor y jaleo por todas partes.
Por otro lado, es uno de los barrios chinos más grandes del mundo y el tercero de Norteamérica, no te lo pierdas, sobre todo su Puerta del Milenio, ubicada entre el cruce de Pender St y Taylor St, y el Parque y los Jardines Clásicos Chinos del Dr. Sun Yat-Sen: será como viajar a China por un momento.
Cuando acabes todo esto, ve a comer a algún restaurante asiático y, simplemente, disfruta...
Mientras caminas por la calle Dunsmuir es probable que, a la altura de la calle Richards, pienses por unos instantes que estás en una ciudad europea cuando veas la famosa Catedral del Santo Rosario.
Uno de los atractivos más interesantes de Vancouver es precisamente la gran cantidad de contrastes que hay, y este edificio histórico de estilo francés construido en el siglo XIX, es uno de ellos. Fíjate en su fachada inspirada en el renacimiento gótico tardío y observa su parecido con la catedral medieval de Chartes en Francia.
Justo delante del edificio se encuentra un parque, llamado Cathedral Square desde donde podrás obtener las mejores vistas a la Catedral. Por otro lado, aquí encontrarás también un refugio para abejas muy interesante. Vancouver es esa ciudad de detalles y rincones sorprendentes que todo el mundo quisiera descubrir alguna vez.
Si quieres vivir un auténtico día de montaña y aventuras, tienes que ir al norte de Vancouver para visitar el Puente de Capilano y la montaña Grouse. Ambos lugares son auténticos reductos de paz y naturaleza pura, y constituyen el paisaje típico canadiense: con altas montañas repletas de frondosos y majestuosos abetos, aire puro y ríos caudalosos.
El puente de Capilano es un lugar turístico que atrae a más de 800.000 visitantes al año. Se trata de un lugar maravilloso con una longitud de 140 metros y una altura de 70 metros, por lo que, literalmente, cruzarlo es como pasearse por encima de los altos árboles y montañas de Canadá.
Si buscas ver la ciudad de Vancouver desde las alturas, a diferencia de grandes ciudades como Nueva York que tienen edificios como el Empire State que constituyen grandes miradores, en Canadá, los mejores roof tops son sus montañas, y Grouse Mountain es la mejor. Ve hasta ella y sube con el Skyride góndola a una altura de 1.100 metros. Desde la base de Grouse Mountain parten varios senderos que se adentran a la naturaleza más indómita y que son realmente una oportunidad de descubrimiento para los aventureros más intrépidos.
Por cierto: la mejor forma de visitar Grouse Mountain y el puente de Capilano es contratando un tour que te lleve a ambos lugares con traslado, guía hispanohablante y entradas incluidas. ¡Despreocúpate de todo y vive la experiencia canadiense a través de sus paisajes más sorprendentes!
Whister es una villa alpina con grandes laderas que en invierno son pistas de esquí y descensos de bicicleta en verano. Además, la belleza del entorno en el que se ubica, le convierte en un destino visitable todo el año: sus restaurantes, cafés y tiendas de artesanías, harán el resto. ¡No te lo pierdas!
Aquí podrás hacer otras tantas actividades, como volar en hidroavión, hacer rafting, pescar o ver osos salvajes haciendo senderismo. Sí, hemos dicho osos: Canadá es la casa de los osos, y no es raro verlos por las laderas de Whistler, especialmente en verano.
Si ves algún oso haciendo senderismo, mejor que sea con suficiente distancia, por lo que no olvides dar palmadas para avisarles de tu presencia y no correr si te encuentras con alguno, esto podría asustarles o activar su instinto depredador. Los osos no atacan a no ser que se asusten o se sientan amenazados, de ahí que la mejor forma de prevenir un encuentro inesperado e indeseado, sea avisándole, especialmente cuando te aproximes a alguna encrucijada o zona con sonidos amortiguados, como los ríos.
Te aconsejamos que contrates un tour con traslado a Whistler. Un guía te acompañará y te recogerá de tu hotel para empezar esta aventura por un camino maravilloso en el que además verás las cascadas Shannon.
Al sur de la isla de Vancouver se encuentra la capital de British Columbia: Victoria, un enclave turístico maravilloso que ha sabido conservar la esencia de los primeros edificios. Se trata de una ciudad tranquila, con un puerto pequeño, edificios y jardines repletos de flores y rincones mágicos.
Una de las mejores cosas que hacer en Victoria es visitar los jardines Butchart, un lugar repleto de exhibiciones florales que se dispersan a lo largo de 22 hectáreas. Algunos de los jardines, como el hundido, el de rosas o el japonés, son auténticas joyas.
Para ir a Victoria, hay que tomar un ferry desde el puerto Tsawwassen, al sur de Vancouver, pero si lo que prefieres es despreocuparte de todo, contrata un tour desde Vancouver con traslado, guía de habla hispana y entrada a los jardines. Sin duda, una sabia elección de la que no te arrepentirás.
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