En el último tramo de su recorrido antes de desembocar en el mar, los ríos Nervión e Ibaizabal atraviesan la ciudad de Bilbao y la dividen en dos. La ría de Bilbao es parte fundamental de su esencia, y una visita a la ciudad no está completa sin una caminata por sus márgenes.
La ría de Bilbao en el tiempo
Ya desde tiempos remotos la ría ha marcado la esencia mercantil de la ciudad. La ría ha servido para transportar mercancías desde la Edad Media por lo menos, y gracias a eso Bilbao se posicionó como uno de los centros mercantiles más importantes de Vizcaya.
En el siglo XIX, las actividades minera y metalúrgica de la ciudad se vieron favorecidas por la cercanía de la ríay la posibilidad de transportar las mercancías con facilidad. Sin embargo, el desarrollo de estas actividades tuvo también un costado negativo: el de la contaminación de las aguas.
A finales de la década de 1980, la ría atravesó un profundo proceso de limpieza y transformación que ayudó a configurar el actual perfil verde de Bilbao.
Hoy, la esencia productiva e industrial de la ciudad ha dejado paso al ocio y la cultura, y esa nueva impronta puede leerse en la ría.
Actividades en la Ría
Hay dos paseos que recorren las márgenes de la ría de Bilbao y que ofrecen varias actividades:
- Paseo de Urtibitarte. Se extiende en la margen izquierda de la ría, desde el puente del Ayuntamiento hasta el Museo Guggenheim. El recorrido está salpicado de estatuas y edificios históricos, como el de la Antigua Aduana de Bilbao.
- Paseo del Campo de Volantín. Se extiende por la margen derecha de la ría, desde el Ayuntamiento hasta el puente de La Salve. Entre los edificios y esculturas que rodean el pasado destacan el Hotel Hesperia y el Palacio Olabarri.
Puentes de Bilbao
Los puentes de Bilbao siempre han tenido una importancia clave para el día a día de sus pobladores. Son los que permiten ir y venir de un lado a otro de la ría y conectar las dos partes de Bilbao. Pero además de esta función práctica y esencial, los puentes aportan un encanto especial a la ciudad, que, como viajero, no querrás perderte. Son doce los puentes de Bilbao, y a ellos se suma el colosal Puente de Vizcaya, una fabulosa estructura metálica ubicada en el Gran Bilbao.
- Puente de Miraflores. Conectado a la A-8 es uno de los caminos más utilizados para ingresar a Bilbao.
- Puente de San Antón. Ubicado en el Casco Viejo, era la puerta de entrada y salida de mercancías en la antigüedad.
- Puente de la Ribera. El mejor lugar para tomar una panorámica del Mercado de la Ribera.
- Puente de la Merced. Conecta el Casco Viejo con la iglesia de la Merced, que hoy funciona como espacio cultural.
- Puente del Arenal. Está rodeado de algunos de los edificios más notables de Bilbao, como el Teatro Arriaga, el rascacielos de Bailén o la Estación de la Concordia.
- Puente del Ayuntamiento. En tiempos pasados era un puente móvil que abría sus brazos para no obstaculizar el paso de los navíos. Hoy es un puente fijo que une el centro de la ciudad con los barrios altos.
- Puente de Zubizuri. También conocido como puente de Calatrava, es uno de los más característicos de Bilbao y tiene una interesante historia.
- Puente de la Salve. Fue inaugurado en 1972 y debe su nombre a que en este punto los marineros que llegaban a Bilbao y divisaban la basílica de la Virgen de Begoña comenzaban a cantar una Salve en su honor.
- Pasarela Pedro Arrupe. Es un puente peatonal de madera que une el Guggenheim con la Universidad de Deusto.
- Puente de Deusto. Conecta el barrio de Deusto con Abando. Es el único puente móvil que queda en la villa.
- Puente Euskalduna. Alberga en su parte baja al Museo Marítimo de la ciudad.
- Puente Frank Gehry. Es el más moderno de Bilbao, y conecta la Isla de Zorrotzaurre con tierra firme.