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Ubicada en la Plaza Mayor, la catedral de Santa María y San Julián es una de las principales atracciones de Cuenca. Su arquitectura, su historia, sus propuestas culturales… ¡todo en ella enamora! ¡Ven a conocerla!
Alfonso VIII conquistó Cuenca de manos de los musulmanes en 1177. En 1183 la ciudad fue constituida sede episcopal, y en 1196 comenzaron las obras para construir la catedral, que se concluyeron en 1257.
Aunque el estilo arquitectónico que predominaba en los reinos cristianos en ese momento era el románico, la corte de Alfonso VIII tenía claras influencias normandas, ya que su esposa era Leonor de Aquitania y Plantagenet, hija del rey de Inglaterra, hermana de Ricardo Corazón de León y condesa de Gascuña. Es por esto que la catedral se alejó del típico estilo románico de la Castilla medieval y se convirtió en una de las primeras catedrales góticas de Castilla.
A lo largo del tiempo, la construcción atravesó distintas modificaciones. Entre ellas:
La única imagen que existe en toda la fachada se encuentra en la parte más alta, y es una representación de San Julián, segundo obispo de la diócesis de Cuenca y patrono de la ciudad.
Uno de los detalles arquitectónicos más llamativos de la catedral de Cuenca son sus vidrieras. Típicas del estilo gótico, las vidrieras permiten el ingreso de la luz a un edificio y el juego con los colores.
A fines del siglo XX, el Cabildo Catedralicio encargó una serie de vidrieras a varios artistas abstractos contemporáneos vinculados a la ciudad de Cuenca. Gustavo Torner, Gerardo Rueda y Bonifacio Alfonso, junto con el maestro vidriero Henri Dechanet, fueron los encargados de crear la serie bajo el tema “De la Tierra al Paraíso”.
Fueron necesarios más de 5 años para concretar el proyecto, y la inauguración de las nuevas vidrieras se realizó el 24 de abril de 1995. El resultado fue un conjunto de vidrieras con formas abstractas que codifican temas relacionados tanto con la teología como con la ciencia. En algunos de los trabajos de Torner, por ejemplo, hay alusiones al Big Bang, la cadena de ADN y las lenguas de fuego de Pentecostés. Los doce vitrales circulares de Gerardo Rueda, por su parte, incluyen referencias alegóricas a algunos poemas de Dante.
Además de aportar luz y color al interior, el trabajo de estos geniales artistas ayudó a acercar la Catedral de Cuenca al presente y mantenerla viva en el corazón de sus tradiciones.
El museo de la catedral se ubica en las tres primeras plantas del Palacio Episcopal, que son las más antiguas del edificio. Fue diseñado por Gustavo Torner y en sus 10 salas exhibe más de 200 piezas procedentes de la Catedral y otras parroquias de la Diócesis de Cuenca. Hay piezas de arte medieval, una gran colección de tapices y alfombras, obras de El Greco y maravillosos trabajos de orfebrería.
La Catedral de Cuenca tiene un programa anual de música que ya lleva más de diez ediciones. Reúne a grandes personalidades de la música nacional e internacional relacionados con la música de órgano, e incluye algunos eventos únicos, como proyecciones de cine mudo acompañadas de música en directo o cursos de música ibérica del renacimiento, entre otros.
Si disfrutas los conciertos, averigua las fechas del programa y reserva tus entradas: ¡es una experiencia única!
Una excelente opción para visitar la Catedral es hacerlo junto a un guía en un tour guiado por lo mejor de Cuenca que incluya las entradas. Un experto te acompañará a recorrer este y otros monumentos imprescindibles de la ciudad para revelarte cada curiosidad y dato de interés.
Te recomendamos especialmente este tour que incluye la visita a las Casas Colgadas y al Puente de San Pablo. ¡Incluye degustación de delicias típicas!
Una vez que hayas conocido el interior de la Catedral, regresa a ella tras la caída del sol para admirar su maravillosa iluminación nocturna.
Puedes hacerlo junto a un guía experto dentro de un tour nocturno por la ciudad en el que verás también otros esenciales como las Casas Colgadas, pero también algunos preciosos rincones que se encuentran fuera de las rutas más frecuentadas.
Abierto todos los días
Apertura: 10:00 h
Cierre: según el momento del año, varía entre las 17:30 y las 19:30 h
Entrada general: 5 €
Entrada Museo Tesoro: 3,5 €
Entrada conjunta (Catedral, Triforio, Museo Tesoro, San Pedro y Torre): 9,5 €
Plaza Mayor
