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El Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha es uno de los museos más importantes de Cuenca. Ubicado en un lugar increíble y con exposiciones muy interesantes, es una verdadera joya a la que vale la pena dedicarle media jornada de tu viaje por Cuenca.
El museo es bastante joven. Nació en el año 2015 con la intención de acercar al público el interesante patrimonio paleontológico local, tanto regional como nacional.
El proyecto se organizó en varias fases. En la primera, se abrió al público un pequeño espacio expositivo con cerca de 200 piezas y 20 reproducciones a tamaño real. El nombre de dicha exposición fue Tierra de Dinosaurios, y tuvo una excelente repercusión entre los visitantes.
En diciembre de 2015 se avanzó en la segunda fase con la incorporación de fósiles de Las Hoyas y Lo Hueco, que habían sido expuestos en Japón.
La tercera fase llegó en 2018, con una verdadera transformación estructural que incluyó el cambio de nombre del museo, que a partir de entonces se conoció como MUPA. En ese momento incluso el edificio fue intervenido, con reformas que apuntaron a adaptarlo a las necesidades específicas de las muestras paleontológicas. La construcción había nacido originalmente como espacio museístico dedicado a albergar el Centro de Interpretación de la Naturaleza ARS Natura.
La colección estable del museo tiene más de 34 mil ejemplares. Está compuesta principalmente por piezas halladas en los yacimientos conquenses de Las Hoyas y Lo Hueco, aunque también incluye el resto de los depósitos paleontológicos de la Junta de Castilla-La Mancha.
Los restos abarcan los últimos 550 millones de años, aunque están especialmente representados los períodos paleozoico de Toledo y Ciudad Real, mesozoico de Guadalajara y Cuenca, y cenozoico de toda la región.
La colección de Las Hoyas incluye más de 20 mil ejemplares correspondientes a cerca de 130 géneros de organismos con 125 millones de años de antigüedad. Por su parte, los ejemplares de Lo Hueco son más de 12 mil y tienen unos 75 millones de años de antigüedad.
Además, el museo tiene una importante colección de holotipos del Triásico, Cretácico Inferior y Cretácico Superior.
Un holotipo es un ejemplar físico o una ilustración que se utiliza al momento de describir formalmente una especie. Por esta razón es un individuo único, de gran valor histórico e imposible de reemplazar, incluso aunque después se encuentren mejores muestras de la especie.
Ya hemos visto que las colecciones del museo son de gran importancia científica. Ahora bien, tal vez te estarás preguntando qué verás exactamente cuando lo visites. Pues encontrarás de todo: algunas vitrinas con restosexpuestos al estilo de los museos más clásicos, pero también zonas lúdicas e interactivas, pantallas con elementos audiovisuales y grandes reproducciones a tamaño real realizadas por paleoartistas que te permitirán conocer cómo se veían algunos gigantes ya extintos.
Pero en las salas del museo no solo está representada la fauna, sino también la paleoflora con interesantes piezas.
Las exhibiciones no terminan en el interior del museo, sino que se expanden en los exteriores, con réplicas de dinosaurios, un parque infantil tematizado y ejemplares de árboles como gingkos y cedros, relacionadas con el ambiente de los dinosaurios.
Además de todo esto, el museo tiene una magnífica terraza donde tomar algo disfrutando las vistas. En síntesis: una visita que vale mucho la pena y que disfrutarán niños y adultos por igual.
Martes a sábados de 10:00 a 14:00 h y de 16:00 a 19:00 h.
Domingos de 10:00 a 14:00 h.
Entrada general: 5 €
Miércoles: gratis.
C. Del Río Gritos, 5
En vehículo particular.
