Tour por Cuenca al completo ¡Incluye entradas y degustación!
- 3,5 horas
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tours en Cuenca desde
A orillas de los ríos Júcar y Huécar hay sendos paseos que hacen la delicia de visitantes y locales. Cubiertos de árboles y salpicados de bancos y pequeños puentes aquí y allá son dos paseos para disfrutar de la naturaleza y la arquitectura de Cuenca todo en uno.
Comenzamos el recorrido en la Plaza de la Trinidad, para descender las escaleras qué hay junto al Puente de la Trinidad. Desde allí, avanzaremos en sentido contrario a la corriente para internarnos en el Casco Histórico de la ciudad.
Lo primero que llamará tu atención es seguramente el punto en el que el Huécar se une con el Júcar. Atravesaremos un puente de madera para pasar sobre las aguas del Huécar y llegaremos a un punto panorámico desde donde disfrutar espléndidas vistas del puente de San Antón y la iglesia de la Virgen de la Luz.
Mientras caminamos junto al río, disfrutaremos de su calmo sonido y la tranquilidad de sus aguas, mientras la inmensa pared de roca a la que se aferran los edificios de Cuenca se eleva al otro lado. Las vistas que se tienen desde aquí de la Hoz del Júcar son realmente increíbles.
Los bancos estarán siempre disponibles invitándote a hacer un alto y disfrutar las vistas y la calma.
Un poco más adelante en el camino, el Huécar volverá a salir a tu encuentro, esta vez en la forma de una pequeña cascada. Y si sigues avanzando comenzarás a ver las primeras construcciones de los famosos Rascacielos del Júcar.
Una vez que se terminan los rascacielos se llega al Recreo Peral, donde hay un restaurante y se encuentra la Fuente del Abanico. Desde aquí puedes seguir caminando y pasear por la margen del Júcar.
La Fuente del Abanico está vinculada a una entretenida leyenda. Una mujer que engañaba a su marido olvida su abanico, que podía convertirse en prueba del engaño, junto a una fuente. Para salvarla, una amiga suya reclama el abanico como propio y salva el honor de la señora.
El paseo del Huécar, por su parte, discurre a la vera del Huécar. También está rodeado de una espléndida naturaleza y salpicado de bancos, fuentes y varios puentes por los que se puede ir de una orilla a la otra.
Lo más destacado de este paseo es que conduce al puente más famoso de la ciudad, desde donde se tienen unas de las vistas más bonitas de las Casas Colgadas: el Puente de San Pablo. Si cruzas el puente y llegas hasta el otro extremo verás el antiguo Convento de San Pablo, donde hoy funciona el Parador de Cuenca.
Durante el recorrido también se puede ver el Teatro-Auditorio de Cuenca, y se disfrutan espléndidas vistas del barrio de San Martín.
Cuando la calle Puerta de Valencia se une con la calle Tintes, desvíate un poco siguiendo la primera hasta la unión con Torres. Allí se encuentra la Casa de las Rejas, un edificio histórico de fines del siglo XVI con cuatro preciosas rejas y un escudo de familia.