Historia de Cuenca

La historia de Cuenca se remonta al Paleolítico Superior, de cuando datan los primeros vestigios humanos hallados en la zona. Sin embargo, es durante el Neolítico cuando comienza a elevarse la población, que para ese entonces se asienta en las cuevas de la región.

Para el siglo VI a. C., los olcades se habían hecho con el control de la mayor parte de la actual provincia.

Durante la Antigüedad, la zona de la serranía coquense atravesó varias guerras celtíberas, aunque la mayoría de los asentamientos y ciudades estaban fuera del actual territorio de la ciudad. Es recién durante la época musulmana que comienza a haber una población estable en el emplazamiento de la actual Cuenca. Desde el año 784 y durante casi 4 siglos, Cuenca permanece en manos de los árabes y enfrenta los vaivenes de su política.

El 21 de septiembre de 1177 Alfonso VIII entra triunfante en Cuenca, que comenzó entonces  a formar parte del reino de Castilla. La fecha se sigue celebrando actualmente en la ciudad y es una de sus principales fiestas y festivales.

Modernidad

Con la llegada de los cristianos, la población en Cuenca comienza a crecer de manera sostenida. La economía local se ve impulsada por la ganadería pero, principalmente, por la producción textil. Se calcula que en esta época la población de la ciudad ascendía a los 15.000 habitantes, y la de los alrededores a los 250.000, incluso más que los que hoy habitan la zona.

El buen estado de la economía se vio reflejado en la arquitectura. Se construyeron en esta época el Palacio Episcopal, varios conventos, el colegio de San José y Santa Catalina y el famoso puente de San Pablo.

La peste de 1588, sin embargo, puso fin a la época de gloria. A la peste le siguieron una importante sequía y luego varias plagas de langostas que terminaron por diezmar literalmente a la ciudad. 

El negocio textil que había llegado a su apogeo a finales del siglo XVI, comenzó a decaer debido al aumento del precio de la lana. En los siglos siguientes tuvo varios momentos de expansión y contracción, aunque ya nunca logró recuperar el impulso que tuvo en su época de oro. Finalmente, con la prohibición de abrir talleres textiles de Carlos IV, el negocio recibió el toque de gracia.

Prácticamente la totalidad del siglo XIX estuvo marcado por las guerras. Primero la de la Independencia (durante la cual los franceses dinamitaron el Castillo) y después las Carlistas. La llegada del ferrocarril a finales de siglo, en 1883, supuso una leve recuperación económica y de la población, que alcanzó los 10.000 habitantes en 1900.

Siglo XX y actualidad

Durante el siglo XX la ciudad comienza a tomar la forma que hoy conocemos. Se construye el parque San Julián y crecen los barrios de San Antón y Tiradores. En 1910 comienzan las reformas en la Catedral, para darle el aspecto neogótico que observamos hoy en su fachada. En 1931 se comienza a construir el nuevo Ayuntamiento. 

Durante la Guerra Civil, Cuenca fue una ciudad de retaguardia republicana. Recibía refugiados que huían de lugares donde la contienda era álgida y vivía el paso cotidiano de los aviones, pero sus calles no fueron escenario de grandes batallas. En la Cuenca subterránea se pueden ver las huellas de esta época.

En 1996, la ciudad antigua de Cuenca fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Eso significó un gran impulso para el turismo, que actualmente es un importante motor económico de la ciudad. Cuenca ofrece hoy planes de todo tipo a los viajeros: gastronómicos, culturales y para vivir al máximo la naturaleza en sus alrededores. ¿Por dónde vas a empezar a conocerla?

Revive la historia de Cuenca en sus monumentos

Cuenca tiene en su patrimonio numerosos edificios y monumentos que cuentan la historia de la ciudad en sus paredes. Si eres un apasionado de la historia, te recomendamos visitarlos junto a un guía experto que pueda contarte cada detalle de interés y te ayude a reconstruir los principales hitos de la ciudad. Este tour, por ejemplo, incluye entradas al Museo de Arte Abstracto y la Catedral, y se centra en las curiosidades, historias y anécdotas de cada monumento.

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