Tour por las 3 ciudades de Malta: Vittoriosa, Cospicua y Senglea
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Mdina es una ciudad del interior de Malta famosa por su gran encanto medieval. Dueña de unos gruesos muros, calles de piedra y antiguos palacios señoriales, tiene una apariencia recia y elegante a la vez que la llevaron a ser escenario de la inolvidable Juego de Tronos. Con solo 2.500 m2 de superficie esta ciudad tiene suficientes atractivos para convertirse en un indispensable de Malta. ¡Te contamos por qué!
Mdina nació en la época fenicia, alrededor del 700 a. C., con el nombre de Maleth. Ubicada lejos del mar y sobre una colina, era un punto defensivo estratégico, que fue apreciado por todos los pueblos que codiciaron y acecharon Malta. En la época romana, el gobernador construyó allí su palacio.
En la época normanda, el foso de la ciudad fue ampliado y se construyeron también gruesos muros para elevar aún más las defensas. De esta forma, Mdina quedó definitivamente separada de su vecina Rabat.
La apariencia actual de Mdina refleja claramente tanto el periodo fatimí como la época del dominio de los Caballeros de Malta. A continuación te contamos cuáles son los rincones de la ciudad en los que vale la pena detenerse.
Solo tres puertas permiten atravesar las gruesas murallas de piedra y el foso que las rodea para llegar al casco viejo de la ciudad:
Es un precioso edificio de estilo barroco francés que te sorprenderá con sus decoraciones y la gran Cruz de Malta tallada en piedra que decora su patio central. Actualmente funciona como sede del Consejo Local de Mdina y del Museo Nacional de Historia Natural.
Con un exterior sobrio y de aspecto neoclásico, la catedral enamora a sus visitantes con las decoraciones barrocas de su interior. Entre ellas destacan los frescos de la bóveda principal, que cuentan la historia del naufragio de San Pablo en Malta. La Catedral tiene un interesante museo, con monedas antiguas, estatuas sacras y una serie de objetos de platería fina que no querrás perderte.
Es, sin duda, el edificio medieval mejor conservado de Mdina. Fue construido en el siglo XIII, durante la época normanda de Malta, y a finales del siglo XX atravesó un proceso de restauración que lo dejó impecable. Hoy puedes visitarlo para conocer una fabulosa colección de pinturas, muebles, libros, armaduras y otros objetos antiguosrecolectados por el capitán Olof Frederick Gollcher, último dueño del palacio.
La historia y la arquitectura de Mdina son un verdadero tesoro para disfrutar. Si puedes recorrer la ciudad junto a un experto, realmente le sacarás provecho a la visita, ya que hay mucho por descubrir en los edificios y monumentos de esta ciudad amurallada.
Te recomendamos especialmente esta Excursión por encantos de Mdina que incluye la visita a los impresionantes acantilados de Dingli. Además, si optas por la versión de día completo, verás también lugares como las catacumbas de Rabat o la iglesia de Mosta. Para que no tengas que preocuparte por nada, el transporte desde y hasta el hotel y el almuerzo están incluidos.
Autobús. Líneas C2 y C3 desde La Valeta.