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Ubicada en uno de los costados de la Plaza de Armas, El Castillo de la Real Fuerza de La Habana es una de las fortalezas militares más antiguas de América que aún se encuentran en pie.
El castillo comenzó a construirse en 1558 con la intención de proteger a la ciudad de los ataques de piratas y enemigos de la corona española, muy comunes en la época. Aunque su ubicación, demasiado en el interior de la bahía de La Habana, no favorecía su objetivo, logró sin embargo resistir con eficacia el ataque de la artillería inglesa durante la invasión de 1762. Junto con el Castillo del Morro fue uno de los principales puntos de resistencia durante ese enfrentamiento.
La torre tiene una veleta llamada La Giraldilla, similar a la Giralda de Sevilla. Sin embargo, aunque tiene similitudes con su compañera sevillana, la historia detrás de la Giraldilla de La Habana es única.
Cuando Hernando de Soto machó a la conquista de La Florida, Doña Inés de Bobadilla quedó como gobernadora de Cuba. Cuenta la leyenda que Doña Inés subía diariamente a la torre para escudriñar el horizonte en busca de señales del navío de su esposo. La escultura de bronce es un homenaje a la valiente mujer, que nunca pudo reencontrarse con su compañero, ya que este murió en La Florida.
En el Museo de la Real Fuerza se superponen dos temáticas: la historia del castillo y su evolución, y la historia de la navegación en el Caribe.
El museo tiene una excelente maqueta de la fortaleza que muestra la evolución del castillo y exhibe muchos elementos náuticos que fueron recuperados del mar.
La arqueología subacuática y la historia de la construcción naval se dan cita en este museo imperdible, que se encuentra junto al foso del castillo.
Martes a domingo, de 09:30 a 17:00 h
3 CUC
Calle O’Reilly, Plaza de Armas
Taxi
