Virgen de Regla

El pueblo de Regla se encuentra a un tiro de piedra de La Habana y está conectado a ella por un ferry que atraviesa la Bahía. Cada 7 de septiembre miles de devotos emprenden la travesía a bordo de “la lanchita de Regla” desde La Habana Vieja para rendir culto a una de las imágenes más características del sincretismo afrocatólico en la isla. El trayecto toma cerca de 15 minutos y te transporta a un lugar lleno de magia.                            

Tradición transcultural

La visita a la Virgen de Regla es la oportunidad perfecta para palpitar el increíble fenómeno de la hibridación característico de la cultura local.

La historia de la virgen se remonta a 1690, cuando se edificó una ermita de barro en el caserío de Regla para albergar una imagen de la Virgen de Regla venida de España. En 1714 fue proclamada patrona de la bahía.

En la religión Lucumí, la Virgen de Regla se asocia a Yemayá, orishá o diosa del mar. Es por eso que la rodean símbolos marinos como conchas, caracoles, anclas y botes, entre otros. La procesión de la virgen se tiñe de azul cada año, para remarcar este vínculo de la virgen con el mar.

¿Qué hacer en Regla?

• Visitar el templo. De arquitectura simple y sencilla decoración, es el hogar de la virgen y destino de la procesión anual en su honor. Podrás conocer la imagen de la virgen negra que sostiene a un Jesús blanco y descubrir más acerca de las tradiciones relacionadas con ella. En las puertas de la iglesia suele haber santeras con las que podrás conversar para sumergirte en el universo de la santería cubana.
   
• Caminar por las calles de Regla. Un pueblo de ritmo tranquilo que contrasta con las agitadas calles de La Habana. La historia de Regla está emparentada con la de los esclavos libertos, que se dirigieron a esta zona para reconstruir sus vidas después de la abolición de la esclavitud. Tómate un tiempo para recorrer sus calles y disfrutar su versión de la vida cubana.