Excursión privada al Valle de Viñales con coche clásico (precio por grupo)
- 12 horas
- Español
- Cancela gratis
¿Buscas un lugar con ritmo, sabor y una arquitectura colonial que esté entre las más bonitas de América Latina? ¡La Habana es tu destino! Dueña, además de una historia interesante como pocas y rodeada de paisajes naturales puramente caribeños, La Habana es un lugar para disfrutar con todos los sentidos.
Si no la conoces bien, te la presentamos en 10 imprescindibles que te darán un pantallazo acerca de lo mejor que hay para ver y hacer en ella. Acompáñanos a recorrer sus calles y monumentos en este post esencial y prepara tu lista de actividades en esta ciudad colorida e inolvidable.
Al recorrerla no podrás evitar enamorarte de su espíritu nostálgico. Es la zona más antigua de la capital cubana y en ella encontrarás iglesias, fortalezas y restos de murallas de piedras que durante siglos la resguardaron de los ataques extranjeros. En el año 1982 La Habana Vieja fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y durante los años 90 pasó por un proceso de restauración que le devolvió el encanto de antaño.
Si eres amante de la buena arquitectura, puedes visitar la Catedral de La Habana y deleitarte con su encantador frente. Si te fascinan las batallas, no querrás perderte el Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro, fuertemente aferrado a un risco desde 1585. Y si lo tuyo es andar sin prisa para descubrir pintorescos rincones, te recomendamos caminar por las plazas de Armas, de San Francisco, Vieja y de la Catedral. Siéntate en alguno de sus bancos y observa su gente. Es una de las mejores formas de empezar a entrar en contacto con el espíritu de la ciudad.
El Malecón es el sitio de encuentro más emblemático y visitado de la capital cubana, por lo que resulta el lugar perfecto para mezclarte con los lugareños. Esta colosal obra de ingeniería fue construida para proteger a la ciudad de la fuerza del mar, y se extiende por más de siete kilómetros a lo largo de la costa. La construcción del muro fue realizada por etapas durante cincuenta años.
¿Qué hacer en el Malecón? Hay muchas opciones, todas relacionadas con el descanso y el entretenimiento. Puedes perderte mirando el horizonte, degustar algún helado en sus típicos carritos o ver pasar el tiempo y su gente. Pasear por el Malecón, ya sea a pie o en coche clásico, es uno de los planes imperdibles de La Habana. Allí descubrirás el buen humor de su gente, la humedad de su clima y la espléndida arquitectura colonial de los grandes edificios que se asoman a él.
Busca un buen lugar y espera el amanecer tomando tragos y cantando al son de las guitarras bajo las estrellas. Nunca falta un grupo de habaneros cantando en el Malecón que esté dispuesto a sumar un viajero a la diversión.
¿Conoces la frase “Si las paredes hablaran…”? Pues bien, las paredes de La Bodeguita del Medio lo hacen, porque están grabadas con frases y firmas de los muchos visitantes que tuvo a lo largo del tiempo. Tal vez la más famosa sea la del escritor Ernest Hemingway, que reza: "Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquiri en El Floridita".
Tanto el Bar Floridita como La Bodeguita del Medio son pioneros en la coctelería de la isla. Dice la leyenda (o más bien los mismos dueños de los bares) que el mojito se inventó en La Bodeguita y el daiquiri, en el Bar Floridita.
El Floridita abrió sus puertas en 1817, y entre sus visitantes más famosos se encuentran Gary Cooper, Tennessee Williams, Jean-Paul Sartre… ¡Menudos clientes! La Bodeguita del Medio no se queda atrás: incluso Nicolás Guillén, famoso autor cubano, le ha dedicado algunos versos.
Los dos bares están entre los lugares más emblemáticos de la ciudad, pero la fama tiene su precio. Y, en este caso, lo pagan los clientes, porque tomar un mojito o un daikiri en alguno de estos bares es bastante más caro (6 CUC) que en el resto de la ciudad. Si no le temes a la cuenta, ¡visítalos y sácate las ganas!
El artista cubano Fuster se inspiró en Gaudí y Picasso al momento de forrar su casa con trozos de azulejos que conforman las más diversas figuras. Contagiados de creatividad (¡que el arte contagia!) los vecinos del artista fueron haciendo lo mismo con sus propias casas hasta convertir el barrio en un espacio artístico. Paredes, puertas de tiendas, paradas de ómnibus… todo es parte de esta inmensa obra de arte colectivo en Fusterlandia.
Si derrochaste algún dinero de más en La Bodeguita o el Floridita, puedes venir a relajarte aquí, pues es absolutamente gratuito. Es un lugar pintoresco, repleto de colores y reflejos, en el que podrás descubrir la rareza y la simpleza del trabajo comunitario, parte esencial de la cultura habanera.
En el corazón de este lugar se encuentra el taller de Fuster. Si quieres visitarlo, ve atento a la hora, porque cierra temprano. Se encuentra en Calle 226 esquina 3ra A y abre de 09:00 a 16:00 h.
Lujoso y elegante, el Hotel Nacional es uno de los más clásicos (si no el más) y emblemáticos de La Habana. El lugar maravilla con sus jardines, galerías y detalles arquitectónicos de los estilos más variados, que van del árabe al medieval, pasando por el art déco y el neoclásico.
¿Dato curioso? En la década de 1940, el hotel era frecuentado por los principales capos de la mafia estadounidense. Hoy es sede de eventos de importancia internacional y uno de los lugares favoritos de los hombres de negocios que visitan la ciudad.
Tan deslumbrante como su fama y decoración es su ubicación: el hotel se yergue sobre la cima de una colina que da al Malecón, por lo que sus huéspedes pueden relajarse disfrutando de fabulosas vistas panorámicas. Pero el increíble paisaje no solo está reservado a sus huéspedes, porque también puedes visitar su bar en la terraza y sumarte al festín. Y si te gusta la variedad, tienes otros cinco bares y un cabaret para seguir descubriendo.
Ya te lo adelantamos: si te fascinan las historias de batallas, no puedes dejar de visitar el Castillo de los Tres Reyes Magos del Morro. Se encuentra sobre un inmenso risco desde 1585 y fue la principal fortaleza defensiva de la ciudad hasta la creación de la fortaleza de San Carlos de la Cabaña, en el siglo XVIII.
Hoy ya no cumple una función bélica pero se mantiene absolutamente activo: sus salones funcionan como galerías y todo el castillo goza de una animada vida cultural. Es sede de dos famosos restaurantes: Los Doce Apóstoles y La Divina Pastora, además de un bar que se ubica en sus antiguas baterías con maravillosas vistas del litoral habanero.
Los que no quieran subir hasta el castillo (que la subida implica un poco de esfuerzo), también pueden ver su imponente perfil desde el Castillo de San Salvador de la Punta. Y para los que se animen a más, también es posible llegar hasta la punta de su faro, uno de los íconos de La Habana.
Hay una copla popular que dice: “Tres cosas tiene La Habana que no las tiene Madrid, son el Morro, La Cabaña y ver los barcos venir”. Así que, ya sabes, si quieres ver las cosas fundamentales que hacen a La Habana única, no puedes dejar de visitar el Morro.
Es la más grande edificación militar construida por España en el continente americano, y cubre un área de 700 metros de largo por 240 de ancho. Las mejores unidades del ejército español en Cuba se alojaban allí. El mismísimo poeta y libertario José Martí fue encarcelado en sus calabozos durante las luchas independentistas del siglo XIX… y otros muchos fueron ejecutados en el Foso de los Laureles. ¡Vaya que puedes respirar pólvora e historia en este lugar!
En enero de 1959, el comandante Ernesto Che Guevara ocupó militarmente la Cabaña y estableció su comandancia. En su antigua oficina funciona hoy un museo donde puedes conocer la historia de este personaje legendario de la historia americana a través de material gráfico y algunos objetos.
La música habanera es mundialmente amada y reconocida. En ella también puedes encontrar la mezcla característica de la cultura habanera: los instrumentos provenientes de España, y los ritmos y cantos africanos traídos por esclavos.
El son cubano es uno de los géneros más extendidos en La Habana, y la carta de presentación de la música cubana en el mundo. Fue especialmente popular en los años treinta del siglo XX y muchos dicen que nació en la misma ciudad del encuentro entre la rumba rural y la rumba urbana. Lo cierto es que este y otros géneros hermanos, como la salsa, saltaron a la fama mundial de la mano del músico norteamericano Ry Cooder y el documental Buena Vista Social Club.
Hoy la música sigue formando parte de la esencia habanera tal como en los siglos pasados, y en tu viaje tendrás numerosas oportunidades de disfrutarla. Si quieres aprovechar una especial, no dejes de asistir a un espectáculo homenaje al Buena Vista Social Club, con bebidas y entrante incluidos.
Tal y como lo anticipa su nombre, es un bello paseo que invita a caminar a la sombra de los árboles. Une la Fuente de la India con el Malecón y sus comienzos se remontan a 1772. Su primer nombre fue Alameda de Extramuros, porque se encontraba fuera de las grandes murallas que rodeaban la ciudad en aquel entonces.
En un comienzo estaba sembrado con árboles, pero después lo fueron adornando también con bancos de mármol y estatuas de leones hechos de bronce. ¡No dejes de tomarte una selfie junto a ellos!
Además de su belleza arquitectónica, el Paseo del Prado tiene un gran ambiente, ya que siempre está repleto de peatones, artistas y vendedores callejeros. Puedes hallar desde pintores hasta malabaristas y músicos. Un paseo súper entretenido que no te puedes perder.
La bahía de La Habana estaba protegida por una batería de cañones. Cuando se comprobó que ya no serían necesarios para la defensa de la ciudad, fueron fundidos y con ellos se dio forma a los leones que custodian el paseo.
La región de Viñales, ubicada a 180 kilómetros de La Habana, es un valle verde que te sorprenderá con su increíble paisaje. Selva, campos de tabaco y una maravillosa cueva milenaria con un río subterráneo son solo algunas de las cosas que podrás ver aquí. Y para complementar la propuesta natural, tienes el imponente Mural de la Prehistoria, una de las pinturas a cielo abierto más grandes del mundo. Es una obra de arte colectivo que muestra el proceso evolutivo de los hombres y de los animales.
El mejor lugar para admirar la belleza del valle está en el Mirador de los Jazmines, conocido como “el balcón de Viñales”. ¡No dejes de visitarlo para llenar tu Instagram de increíbles fotos panorámicas!
Por último, el poblado de Viñales te enamorará con sus calles de tierra, sus casas de tejas rojas y la simplicidad de su gente. ¡Visita el valle con una excursión privada desde La Habana y no te pierdas ninguno de sus encantos!
El paisaje de Viñales está marcado por mogotes. Son formas montañosas de gran altura que le dan a la región un perfil muy particular. Algunos llegan incluso a comparar su perfil con el de algunas regiones de China o la península de Malaca.
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