Catedral de La Habana

Ubicado en la Plaza de la Catedral, en La Habana Vieja, el edificio se lleva todas las miradas con su magnífica fachada barroca, marcada por su plasticidad y sus dos magníficas torres.

Historia y arquitectura de la Catedral de La Habana

En 1748 los jesuitas comenzaron a construir un oratorio en el terreno donde hoy se levanta la catedral. Sin embargo, antes de que la construcción estuviera terminada, los monjes fueron expulsados de Cuba. El edificio quedó entonces abandonado durante 10 años hasta que en 1778 se retomaron las obras y el antiguo oratorio pasó a transformarse en catedral.

Aunque la construcción se considera una verdadera joya de la arquitectura barroca, muchos elementos barrocos de su interior fueron modificados durante el siglo XIX para acercarla a los cánones del neoclasicismo. Por ejemplo, el antiguo piso de piedras fue sustituido por el actual de mármol blanco y negro y los altares fueron reemplazados también.

Un singular detalle de la catedral es que fue construida en parte con piedra de coral, por lo que en su fachada pueden verse algunos restos fósiles marinos.

Tanto José Lezama Lima como Alejo Carpentier le dedicaron elogios al edificio de la catedral. Carpentier llegó a describirla como “música convertida en piedra”.

Grandes tesoros

Las esculturas y trabajos de orfebrería fueron realizados por Bianchini, con la supervisión del escultor español Antonio Solá. Detrás del altar hay tres frescos originales de José Perovani, y el interior fue decorado con pinturas hechas por Jean-Baptiste Vermay.

La catedral atesora varias reliquias, objetos religiosos y sagrarios y es tumba de algunos personajes ilustres. Fue además el lugar donde descansaron los restos de Cristóbal Colón, antes de que fueran trasladados a Sevilla después de la independencia.

Consejo

Por 1,50 CUC puedes subir a la torre del campanario y disfrutar de espléndidas vistas de la ciudad. No te lo pierdas.